Caminar a ciegas
26 de diciembre de 2014
Las noticias respecto a Ucrania dan la visión de un pantano sobre el que se camina y poco a poco quienes lo hacen se van hundiendo.
La renuncia de ese Estado como país no alineado, en clara muestra de su expresado deseo de formar parte de la OTAN, el ala guerrerista de Europa y Estados Unidos, augura un futuro de pesadillas para un territorio que está siendo usado por Occidente para cercar a Rusia.
El paso es uno más en un tránsito que parece dejar como única opción el abismo.
La agencia francesa AFP refleja en su despacho noticioso que “Ucrania dio un paso suplementario hacia la OTAN al renunciar a su estatuto de país no alineado, una medida que provocó la cólera de Moscú en víspera de reanudarse las negociaciones de paz entre Kiev y los rebeldes prorrusos”.
El mandatario ucraniano, Petro Poroshenko, escribió que “por fin hemos corregido este error”, “la integración europea y euroatlántica es el camino que no tiene alternativa para Ucrania”.
La repercusión de la renuncia de Ucrania como país no alineado fue calificada por Moscú como “una demanda de adhesión a la OTAN, lo que transforma a Ucrania en un adversario militar potencial de Rusia”, según declaró en su página de Facebook el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev. Esta decisión “tendrá consecuencias extremadamente negativas, y nuestro país se verá obligado a reaccionar”, añadió.
Por su lado, el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, advirtió que el abandono del estatuto de país no alineado “exacerba el clima de confrontación”.
Un día después de la decisión del Parlamento ucraniano, se conoció que el avión de Malasia Airlines, derribado en Ucrania el 17 de julio pasado, que provocó la muerte de 298 pasajeros y tripulantes, fue alcanzado por un misil disparado por un avión de combate del ejército de Kiev.
Un despacho de AFP que cita una comisión de investigadores rusos, refiere que “un militar ucraniano que desertó hacia Rusia dijo que había visto despegar un avión con misiles aire-aire y volver sin ellos poco después de la caída del aparato”.
“Según ese testigo, el avión de línea Boeing-777 MH17 podría haber sido derribado por un avión militar Su-25 de la fuerza aérea ucraniana piloteado por el capitán Voloshin”, indicó el comunicado.
El propio militar asegura ver despegar a la nave militar desde una base aérea donde él prestaba servicios, y que el aparato cargaba misiles aire—aire R-60, y luego la nave regresó sin ellos y el piloto comentó que “el avión estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado”.
Los nuevos gobernantes ucranianos continúan sin solventar ninguno de los graves problemas que afronta el país, mientras siguen exacerbando el odio y el enfrentamiento contra Rusia declarándose ahora abiertamente alineado con Washington y con la organización militar que acompaña a Estados Unidos en todas sus guerras de agresión.
Ucrania parece caminar a ciegas en un rumbo que la puede conducir al abismo.
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