Una molesta afección
24 de octubre de 2017
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La humanidad ensordece lentamente en la medida que se acrecienta el desarrollo tecnológico y no va aparejado con la eliminación del ruido.
El peligro aumenta para quienes violan las normas convenientes de los decibeles aceptables o abusan de ese órgano vital y sensible: el oído.
Queda demostrado con la mayor asistencia de personas a las consultas de otorrinolaringología, pero quizás cuando el mal, ya no tiene “vuelta atrás”, y no por casualidad, los pacientes se quejan de un zumbido, silbidos, o como grillos dentro de sus oídos. El diagnostico no se hará esperar: tinnitus, trastorno más frecuente en el sexo masculino, pero que su prevalencia aumenta con la edad. Su origen no está definido por la ciencia, ni tampoco su curación, aunque se recomiendan diversos tratamientos y, sobre todo, orientaciones para la prevención de un órgano tan importante.
Hay teorías científicas empeñadas en precisar la diferencia entre dos tipos de ruido objetivo y subjetivo para poder aplicar terapéuticas apropiadas.
Dentro del objetivo, consideran como posible consecuencia: estenosis carótida y aórtica; neurismas; hipertiroidismo; anemia; enfermedad valvular cardiaca; diabetes; hipertensión arterial, y otras originadas por el flujo sanguíneo.
En cuanto al tinnitus subjetivo se atribuye a la pérdida de la audición, otitis, cerumen impactado, sordera súbita. También al abuso de determinados fármacos –aspirinas, antiinflamatorios, diuréticos (furosemida), antibióticos, y otros.
En la búsqueda de la génesis del fenómeno, no descartan los procesos neurológicos, como esclerosis múltiple, neuroma acústico u otros tumores del cerebro; infecciones reiteradas (otitis media, meningitis), u otras más imprecisas derivadas de luxación de la articulación temporomandibular o enfermedades dentales.
Hasta el momento los exámenes clínicos aplicados son la audiologia, la resonancia nuclear magnética (RNM) de cráneo, tomografía axial computarizada (TAC) de cráneo y la Angiografía… pero nada ha dado descubierto la causa.
La ciencia tiene que admitir que todavía no existe tratamiento específico contra el tinnitus, y que los recomendados –antidepresivos, ansiolíticos, antiarrítmicos, etcétera–, no han eliminado la problemática. Incluso, se ha incorporado la medicina natural y tradicional, destacando el Ginkgo biloba porque mejora la circulación cerebral y del oído.
Pero, lamentablemente, quienes sufren el “ruido” por mucho tiempo, refieren que se adaptaron, y solo lo sienten cuando hacen mención de su trastorno.
No obstante, la ciencia no detiene sus investigaciones para definir las causas que originan esa molesta afección.
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