Prevenir: palabra de orden
4 de octubre de 2016
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La pobreza es la mayor responsable de múltiples enfermedades, y por supuesto, de la elevada desnutrición y anemia, principalmente en los niños, además de la alta frecuencia de enfermedades infecto-contagiosas, que incide en la muerte prematura de las poblaciones.
Agrava estos índices la modificación de estilos de vida hacia nocivos hábitos de consumo de alimentos con altos contenidos grasos, salados o azucarados. No pueden obviarse, factores como el hábito de fumar, el consumo de alcohol, drogas, ausencia de ejercicio físico y aumento de la contaminación ambiental. Estos elementos influyen categóricamente en la prevalencia de la cronicidad, entre otras, obesidad, diabetes, hipertensión arterial, y enfermedades cardio y cerebrovasculares, respiratorias, oncológicas y las reiteradas del riñón. De estas últimas, su tendencia es a incrementarse a nivel mundial, según explicó el nefrólogo cubano Miguel Almaguer López:
“Variadas causas contribuyen a enfermar el riñón, pero el grupo de mayor probabilidadal daño crónico radica en pacientes diabéticos e hipertensos, y en los casos con glomerulopatías crónicas (glomerulonefritis crónica); también , las enfermedades congénitas o hereditarias –riñones poliquísticos–, malformaciones del tracto urinario en los niños como es el reflujo vesicouretral, y obstrucción de las vías urinarias, sobre todo, en hombres adultos con problemas de próstata o hidronefrosis (dilataciones de las vías urinarias) por litiasis (cálculos o piedras en las vías urinarias)”.
El doctor Almaguer alertó que cuando estas dolencias no se diagnostican tempranamente, o carecen de tratamiento adecuado, los riñones llegan a la insuficiencia renal crónica, etapa en que pierden capacidad para sus funciones normales:
1. Elimina las sustancias de desecho en la sangre, por un proceso de filtración: creatinina, urea, ácido úrico, entre otras. Si el riñón funciona mal, estas sustancias se eliminan menos por la orina y se concentran en la sangre, produciendo la llamada uremia con los siguientes síntomas: decaimiento, somnolencia, disminución de la capacidad mental, pérdida de apetito, mal sabor en la boca, náuseas, vómitos, picazón en la piel, palidez por la anemia, inflamación del cuerpo y otros más.
2. Regula el contenido de líquido y electrolitos: (como sodio –sal–) pues tiende a retenerse cuando hay mal funcionamiento renal, se orina menos e incrementan los edemas (hinchazón del cuerpo).
3. Controla la producción de glóbulos rojos de la sangre y la formación del hueso. El riñón produce una hormona llamada eritropoyetina que estimula y regula la producción de sangre; la carencia de dicha hormona, genera anemia. Además, regula el calcio, fósforo y la vitamina D, que intervienen en la formación del hueso.
4. Regula la presión arterial sanguínea. Cuando el riñón falla aparece la hipertensión arterial.
Al avanzar la enfermedad, el riñón es insuficiente para regular sus funciones. Los pacientes requieren de diálisis o trasplante, para sobrevivir.
El prestigioso especialista advierte que la enfermedad crónica del riñón puede prevenirse, y orienta las médicas básicas:
• Conocer los factores de riesgo y desarrollar estilos de vida saludables con la alimentación desde edades tempranas.
• Reducir consumo de grasa, sal y alimentos azucarados; comer más vegetales y frutas frescas y tomar,diariamente, dos litros de agua, en climas calurosos se pierde mucho líquido del cuerpo.
• Evitar la obesidad.
• Realizar ejercicio físico sistemático; caminar con paso rápido, y aún mejor, practicar ejercicios físicos unos 30 minutos cada día.
• Evitar el tabaquismo, consumo de alcohol y drogas.
5. Para quienes tienen factores de riegos como:
• Diabetes: Controlar de la glicemia, lo más cercano a lo normal.
• Hipertensión: Controlar la presión arterial (por debajo de 140 mmHg la presión diastólica (máxima) y por debajo de 90 mmHg la presión sistólica (mínima).
• Estos enfermos deben tener disciplina con el tratamiento.
• Chequeo periódico: Al menos una vez al año realizar análisis de orina para detectar pérdida de proteínas (albúmina) y creatinina en sangre para medir la función del riñón.
En general, ante cualquier síntoma de un padecimiento del riñón se debe acudir al médico. El diagnóstico temprano y tratamiento oportuno evitanla evolución a la cronicidad, y tener en cuenta que en los niños, la enfermedad renal puede manifestarse por signos que no son propios del riñón, como retardo en el peso y crecimiento.
En Cuba, con la estrategia de gratuidad, el Ministerio de Salud Pública acerca a la población los servicios la atención médica primaria y los especializados de Nefrología, que incluyen diálisis o trasplante de riñón para sobrevivir.
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