¿Percepción de riesgo o Responsabilidad?

20 de abril de 2021

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Cecilia Garcia

 

 

Desde hace más de un año estamos escuchando sobre percepción de riesgo y cambiar comportamientos, la Covid-19 nos ha hecho familiarizarnos con esos términos y repetirlos, ¿pero realmente estamos siendo conscientes de la importancia de ponerlos en práctica? Yo creo que no.

A diario, desde hace más de un año, escuchamos y estamos al tanto de las cifras diarias, las zonas en cuarentena, la complejidad del virus, las diferentes cepas, los grupos de la población más afectados, etc. Desde hace unos meses cada día nos alarman las cifras que escuchamos y como se nos infectan adolescentes y niños !hasta lactantes y recién nacidos!, pero aun sabiendo las consecuencias y las causas seguimos siendo irresponsables. Sí, irresponsables porque de lo contrario las cifras serian otras.

De nada vale que sepamos que significa tener percepción de riesgo si no cumplimos las medidas establecidas para el bien de todos. Nuestra salud es nuestra responsabilidad, valga la redundancia, cuidarla es cuidar también a los demás, a nuestra familia, vecinos o amigos.

Duele mucho ver las cifras de niños y adolescentes infectados y como van en aumento. La Covid-19 deja secuelas físicas y psicológicas tanto en los que enferman como en sus familiares, no imagino la angustia de una familia cuando ve un hijo o nieto enfermo.

Sabemos que se hace necesario salir para adquirir alimentos, medicamentos u otros artículos, pero debemos hacerlo cumpliendo lo establecido. Seguimos viendo personas con el nasobuco en el cuello, sin guardar distancia, aglomerados en la calle y lo que es peor adolescentes y jóvenes jugando en las calles haciendo caso omiso de las medidas que todos conocemos.

Si queremos que esta pesadilla termine (y estoy segura que es lo que todos deseamos) debemos ser responsables con nuestra salud y la de los demás. De nada vale que nos interesemos por conocer las cifras diarias si no estamos conscientes del riesgo que corremos.

Pensemos en nuestros niños, adolescentes, jóvenes o adultos mayores, en nuestra familia o vecinos, pensemos en las personas que día a día desde hace más de un año trabajan en hospitales o centros de investigación arriesgándose por el bien de los demás.