¡Jimaguas!

25 de enero de 2021

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Heidy González Cabrera

 

 

Entre la sorpresa y la alegría puede considerarse la mezcla de reacciones emocionales de una embarazada cuando le anuncian que tendrá dos bebes, en vez de uno. A partir de ahí, esos jimaguas enfrentarán un largo camino de tradiciones que les somete al olvido intencional de sus individuales, es decir, considerarán el parecido facial como la obligación de vestirlos y peinarlos de igual modo, aunque los pequeñines sean totalmente diferentes en su forma de pensar. Incluso, tanto la familia como las amistades, siempre se referirán a ellos como los “jimaguas”, y así los llamarán.

En muchas historias de estos casos, se repite lo mismo, incluso, hasta que al llegar a la edad del matrimonio, deciden que -de tener parejas- deben casarse el mismo día.

Pero, algo verdaderamente dramático, es el de los siameses, consecuencias de un error cromosómico que impide la separación de los fetos, genéticamente considerado “resultado de una duplicación parcial antes de la tercera semana de vida intrauterina”.

Los jimaguas más conocidos en el mundo, fueron los Biddenden, nacidos en Inglaterra en el año 1100, y vivieron hasta los 34 con un solo par de extremidades superiores e inferiores, un recto y una vagina. Pobres seres destinados entonces a ser fenómenos de circo en el medioevo.

Ya en el siglo XIV otros dos gemelos florentinos, con tres extremidades inferiores y superiores, fueron inspiración de un artista plástico al plasmarlos en una obra expuesta en la iglesia de la Scala. Pasado un siglo, nacieron los escoceses Scottish que vivirían 28 años unidos de la cintura hacia abajo. Otros gemelos, unidos por la espalda, fueron los húngaros nacidos en Szoony, en 1701, con igual suerte circense. La denominación “siameses” -por ser Siam el país de origen, se otorgó a Chang y Eng Bunker, quienes vivieron 63 años, con un hígado en común. No obstante, ambos se casaron y tuvieron 10 y 12 hijos, respectivamente.

El desarrollo de la ciencia permitió la separación de esos hermanos con supervivencia de uno o ambos. En Cuba, se conoce la excelente cirugía practicada a las gemelas Maylin y Mayelín, unidas por el abdomen, e intervenidas en 1973, en el hospital Vladimir Ilich Lenin, de Holguín, en el oriente cubano. El doctor Miguel Lugones Botell, especialista de I Grado en Ginecología y Obstetricia, explicó

“El desarrollo de técnicas de separación quirúrgica, y la anticipación de un pronóstico de supervivencia, es una difícil situación en el momento del nacimiento. El grado y origen de tal duplicación determinan el tipo de gemelos siameses, y varía, desde aquellos conectados por una fina membrana, hasta dos o más, con evidentes monstruosidades. Acorde a la región anatómica que los une, se clasifican en: toracópagos y xifópagos que son los más frecuentes y representan alrededor del 75% de los gemelos unidos; le siguen pirófagos, isquiópagos y craneópagos”.

En nuestro país, el Programa Nacional de Detección Precoz y Malformaciones Congénitas, ha permitido reducir la mortalidad perinatal e infantil, además de evitar sufrimientos a quienes presentaban embarazos con esas y otras anomalías. La ecografía, como medio diagnóstico, deviene factor imprescindible para la detección prenatal precoz de estas aberraciones fetales, permitiendo ofrecer mejor atención materno-infantil, y garantizar a la pareja seguridad sobre la salud de su descendencia.