Epidémica accidentalidad
28 de enero de 2019
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Puede parecer absurda la definición, a menos que recordemos los miles de accidentes de autos, ómnibus, motos, trenes y hasta de aviones, que constantemente ocurren en el mundo. No obstante, es en calles y carreteras, que como una epidemia, lejos de disminuir, aumentan las trágicas estadísticas.
No siempre las causas responden al exceso de velocidad, al poco dominio del tipo de transporte o a la violación de las leyes elementales del tránsito.
Factores multifactoriales inciden en las causas, que incluyen manejar en estado de embriaguez, establecer conversación con quienes viajan en el carro o por celulares, mientras están conduciendo. Mención aparte merecen los peatones que cruzan las calles hablando por sus móviles.
Indiscutibles errores al desatender la vía y perder con ello la instintiva reacción ante un imprevisto.
Otro entretenimiento que puede costar la vida deviene el alto volumen del radio mientras están al timón; debe escucharse lo suficientemente bajo para que no bloquee el sonido de otro claxon, sirenas de ambulancias, o la advertencia salvadora de alguna persona.
Por último, hay tener en cuenta que el uso de algunos medicamentos son propicios para esos sucesos. Sustancias que afectan la capacidad psicomotora: tiempo de reacción, coordinación mano-ojo, así como otras cognitivas que influyen en la toma de decisiones imprescindibles para una conducción segura, es decir, fármacos que producen somnolencia, reducen los reflejos y alteran la percepción de las distancias, de la vista o la audición; sin obviar los trastornos musculares agudos: espasmos, calambres e incoordinación motora.
Los antidepresivos actúan a nivel del sistema nervioso para mejorar el estado de ánimo del paciente deprimido, y sus propiedades sedantes, provocan cansancio, torpeza e inseguridad, dificultando la concentración y el pensamiento.
Y un recordatorio a los padres complacientes que hacen felices a sus hijos -niños o adolescentes- enseñándolos a manejar. A partir de ese momento, sea prevenido, nunca deje la llave del carro a su alcance.
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