El olor del rechazo
25 de marzo de 2019
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Ya estamos en verano, época del año en que el calor aumenta y nuestro organismo responde con reacciones tan naturales como la molesta hiperhidrosis o sudoración, que en muchas personas puede ocasionar otras desagradables complicaciones, entre ellas, la bromhidrosis, vulgarmente denominada grajo, un olor fétido emanado de las axilas y que para combatirlo es conveniente conocer las diferentes causas que lo originan.
Los médicos señalan, entre la más típica, la ocasionada por fermentación bacteriana que producen ácidos grasos con ese olor característico.
En innumerables casos se presenta por el mal funcionamiento de la glándula sudorípara, aunque también es atribuida a la ingestión de algunas sustancias fuertes como son el ajo o el arsénico.
Vale señalar que la hiperhidrosis, o excesiva sudoración, está muy asociada a la bromhidrosis inducida por el calor, pero que no deja de ser un signo de patología endocrina, como el hipertiroidismo o la diabetes y la menopausia.
En quienes padecen esta molesta tendencia, deben extremarse las medidas higiénicas elementales: no descuidar el constante aseo personal, el lavado diario de la ropa exterior e interior, la utilización de jabones antibacterianos y desodorantes comerciales.
Lamentablemente, no siempre se resuelve el problema, mas no hay porque amedrentarse, sino asumir la imprescindible visita al médico.
A veces por pudor, vergüenza o escepticismo, las personas no acuden al especialista para dar solución a la bromhidrosis, sin convencerse que la ciencia puede subsanar el trastorno y eliminar además, el riesgo de señalarse en su entorno por ese olor ofensivo para el olfato, y que propicia el rechazo a quienes lo presentan.
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