Consejos para la fascitis plantar
15 de junio de 2021
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Son múltiples los factores que nos pueden provocar un dolor en el talón. Uno de ellos es la fascitis plantar, una lesión que resulta muy dolorosa y que tiene un impacto muy negativo en la calidad de vida porque no permite desempeñar la actividad física habitual debido al dolor que genera.
La fascia plantar es una banda de tejido grueso ubicada en la planta del pie que conecta el hueso del talón, llamado calcáneo, con los dedos, formando el arco del pie. Esta estructura desempeña una importante función biomecánica al caminar, ya que junto con los restantes constituyentes del pie, es la responsable de ayudar a mantener el arco plantar, absorber y devolver la energía que se produce cuando el pie impacta contra el suelo y proteger los metatarsianos, evitando un exceso de flexión dorsal de los dedos.
La inflamación de la fascia plantar se denomina fascitis plantar. Esta patología es una de las más frecuentes en la vida cotidiana. Según estimaciones, entre un 20 y un 30% de la población sufrirá de fascitis plantar en alguno de sus estadios a lo largo de la vida.
El objetivo del tratamiento de la fascitis plantar consiste en “destensar” la fascia para que disminuya la inflamación y se alivie el dolor. De forma general, el tratamiento puede incluir: crioterapia en los primeros días aplicando hielo en la zona dolorosa, 3 o 4 veces al día durante 10 a 15 minutos; tratamiento farmacológico con antiinflamatorios no estroideos y analgésicos; masajes sobre la zona afectada para ayudar a reducir el edema y el espasmo muscular, así como aplicación de ultrasonido en la fase post-aguda de la afección, 48 horas después del comienzo del dolor agudo.
Cualquier factor que implique un exceso de tensión y estrés de la fascia, incrementará el riesgo de padecer fascitis plantar. Por ello, para su prevención, se recomienda utilizar un calzado adecuado, que no sobrepase el umbral de carga de la fascia plantar y en algunas ocasiones, utilizar plantillas podológicas.
También se aconseja reducir el exceso de peso, realizar estiramientos de la musculatura posterior de la pierna y en el caso de las mujeres, llevar a cabo una transición gradual de los zapatos de tacón alto a calzado más plano.
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