Como la vida misma
16 de mayo de 2013
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Aunque muchos no están de acuerdo, el movimiento complementa la salud, contrariamente al antiguo criterio de que el reposo es muy beneficioso para una vida sana. Claro, cuando se presenta una dolencia que exige mantenerse en el plano horizontal… !pues a cumplirlo!, que de seguro fue el médico quien así lo orientó.
Pero si no padece ninguna enfermedad, ni ha recibido orientación facultativa, no se guíe por los viejos mitos de reposar al máximo para cuidar su salud.
Los médicos insisten en las ventajas de rechazar el sedentarismo y hacer ejercicios para prolongar la vida. Además de contribuir a conservar el peso adecuado, el movimiento ayuda a prevenir muchas enfermedades como la Diabetes tipo II, y las complicaciones angiológicas y cardiovasculares.
Hay quienes prefieren bailar, otros correr, montar bicicleta, y una gran mayoría, acudir a un gimnasio. Aunque este último brinda la ayuda de un instructor que oriente cada ejercicio -sabiamente dirigido a partes específicas del cuerpo-, no obstante, no es imprescindible para el movimiento acudir a un centro especializado. Basta dedicar un mínimo de media hora diaria, cinco días en la semana, para caminar -sin detenerse- y a un paso normal. Eso sí, también son recomendables los ejercicios de estiramientos, desde aquellos que hace al despertase cada mañana, en la propia cama, como otros añadidos a la hora del baño.
Lo fundamental en esa práctica, es divertirse con ella, ya bien en grupo o por separado. Puede que escuchando buena música a su gusto, y aprendiendo a disfrutar ese tiempo que dedica a su cuerpo.
Por tanto, en lugar de mecerse horas en un sillón o acostarse, muy entretenido con la televisión -cambiando el canal con el mando-, leyendo un libro o hablando por teléfono, convénzase de que está robándole fuerzas a sus articulaciones y perdiendo las ventajas del tono muscular.
Hay que estar activos, física y mentalmente, somos parte de la naturaleza y estamos diseñados para movernos, no somos estatuas.
Y para aquellos ingenuos que argumentan “no tener tiempo”, les aseguro, que cuando pasen los años, la confrontación les hará comprender su error, pero, ya no habrá tiempo para enmendarlo
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