Automedicación en tiempos de pandemia
12 de junio de 2020
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La automedicación en un hábito común en nuestra sociedad. Tal es el arraigo que ha conseguido, que resulta completamente normal ante la aparición de cualquier malestar general como puede ser un dolor de cabeza, un problema estomacal, un estado nervioso transitorio o una tos, asociarlo directamente con el consumo de uno o más medicamentos.
Sin embargo, el uso de medicamentos por iniciativa propia, sin una previa evaluación e indicación médica, es una práctica sumamente riesgosa que constituye un verdadero problema de salud por todos los agravantes que tiene asociados.
A ella pueden atribuirse peligrosas consecuencias entre las que están el enmascaramiento de las enfermedades, la prolongación o el agravamiento de los síntomas, la selección incorrecta de los medicamentos y su uso inadecuado, el incremento de las posibilidades de reacciones adversas y de interacciones farmacológicas, así como la aparición de resistencias a los agentes antimicrobianos.
En tiempos como los que vivimos, con la pandemia de una enfermedad nunca antes vista en el planeta sobre la que existen aún numerosas interrogantes, esta práctica se vuelve mucho más peligrosa. El retraso en la búsqueda de atención médica del paciente que se automedica puede favorecer la propagación del virus causante de la Covid-19 y suponer un mayor riesgo de complicaciones para él y para sus contactos.
Por ello nuestra recomendación es evitar automedicarse y acudir al médico prontamente ante la aparición de cualquier sintomatología. Única forma esta de mostrar una actitud responsable para con su salud y la de sus familiares y allegados.
Es importante recordar que los medicamentos no son inocuos y que su empleo solo está justificado en los casos en que la relación beneficio/ riesgo resulta favorable para el paciente. Algo que con certeza es el médico, no los amigos, familiares o la propia persona, quien lo puede decidir.
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