Alerta internacional

8 de julio de 2021

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Heidy González Cabrera

 

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) genera indicaciones para garantizar la salud humana. Entre esas medidas de carácter internacional está la utilización del yodo, cuyo déficit  genera graves patologías.

Este oligoelemento resulta imprescindible para la síntesis de las hormonas de la glándula tiroides. Su deficiencia produce bocio, inflamación de la glándula ubicada en la parte inferior del cuello. La ingestión insuficiente de ese mineral durante el embarazo puede dar lugar a cretinismo o deficiencia mental en la descendencia. Se calcula que millones de personas en el mundo padecen enfermedades ocasionadas por esa causa, entre las que clasifica el  daño cerebral irreversible. A esto se suma, que ínfimas cantidades en la dieta puede producir manifestaciones clínicas diversas, como retraso del desarrollo psicomotor, e incluso, aumento de la mortalidad infantil.

Del yodo se derivan ciertos isótopos radiactivos indispensables para investigaciones médicas y de múltiples campos. También se utiliza en disoluciones yodo-alcohol y en complejos antisépticos y desinfectantes. Es además, un recurso insustituible para fotografías, fabricación de tintes, y en química se emplea en varios compuestos como agentes oxidantes fuertes. No obstante, vale señalar que hay organismos humanos que responden con reacciones alérgicas a dicho mineral.

Intensos programas del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y la Organización Mundial de la Salud (OMS), supervisan la aplicación del yodo en las sales en muchas naciones.

Cuba es uno de los primeros países de América Latina que incorporó yodo a las sales de consumo humano para prevenir el retraso mental en sus recién nacidos. La adición de yodato o yoduro de potasio a la sal no modifica el color, el sabor ni el olor y es indistinguible de la no yodada. En cumplimiento de los objetivos de este plan, el Ministerio de la Industria Básica con el apoyo de UNICEF, inició en 1995 la producción de las primeras cantidades de sal yodada en la empresa salinera de Guantánamo.

¿Podrán las autoridades sanitarias del resto de las naciones ocuparse  por garantizar las dosis requeridas de sal yodada en esas grandes poblaciones?  Los invito a opinar.