¡¡¡¡ACHISSSSS!!!!!
21 de noviembre de 2017
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Estruendoso, exagerado, sonó el imprevisible estornudo en medio de un concierto, para dejar algo acoquinado a su responsable. Mucho más, cuando alguien, solícito atajó: ¡Jesús!
Muchas veces hemos escuchado ambas cosas –estornudo y expresión-. Ahora les pregunto: ¿Saben por qué esa tradición?
En general, un estornudo es un acto reflejo irreprimible constituido por una inspiración brusca, seguida de una espiración violenta y ruidosa. De todo punto de vista, constituye un mecanismo de defensa del aparato respiratorio.
La irritación de la mucosa es la que estimula la sensibilidad de la nariz y provoca una fuerte inhalación de aire –aproximadamente dos litros y medio– que al pasar a los pulmones, ocasiona una especie de espasmo que incrementa la presión del aire en el órgano respiratorio.
Al estornudar, los músculos de la faringe se cierran, y el aire sale disparado por nariz y boca a una velocidad promedio de 110 a 160 kilómetros por hora. Como un acto reflejo, se cierran los ojos, pues los nervios que los controlan se relacionan con la nariz.
El estornudo tiene conocidos factores desencadenantes: alergias provocadas por distintos factores como polvo, pimienta, talco; inhalación de corticosteroides u otros químicos, o infecciones virales (gripes o resfriados).
Por muy molestos que sean los estornudos, no matan a nadie, aunque hay que aceptar, que requieren mayor investigación. Hay pacientes considerados como estornudópatas, o sea, que no responden a tratamientos y el paroxismo de su afección, deviene dilema para su salud, y ni que decir, para la vida social.
Estudios identifican casos que presentan incapacidad para estornudar. Y se profundiza en el conocimiento de ese reflejo, como causa y fenómeno asociado para ayudar al diagnóstico de otras enfermedades.
Deben tenerse presente, que al estornudar, se cierran los ojos e, involuntariamente, inclinan hacia delante la cabeza y el tórax. Acción, que en la vía, puede hacerle perder el control del timón y ocasionar un accidente de tráfico. Es más, circulando a 90 km/h, al estornudar y cerrar un segundo los ojos, recorren 25 metros sin control visual.
Si es una secuencia de estornudos, calculen cuanto será el riesgo, según la velocidad que lleve. Lo recomendable es detener la macha.
Leyendas y supersticiones
Con un salto en el calendario, encontramos que por el año 590, los católicos romanos popularizaron la bendición como respuesta al estornudo. La costumbre surgió cuando la pandemia de la peste azotó a Europa, y el Papa Gregorio I (540-604), con sus mejores intenciones, ordenó que si alguna persona estornudaba, fuera inmediatamente bendecida, para evitar el desarrollo de la peste.
¿Increíble verdad? Pues mucho más sorprendente resulta, que a la altura de este milenio, sigamos exorcizando estornudos, con un incontenible… ¡Jesús! Acepto que algunos en son de broma, pero otros, muy seriamente, continúan la tradición.
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