Comunicar el patrimonio a través de la Opus
27 de mayo de 2013
Por Mario Cremata Ferrán
Fundada en 1996 por Eusebio Leal Spengler, Opus Habana es la revista institucional de la Oficina del Historiador de la Ciudad, especializada en el patrimonio cultural, y que tiene como faro la razón de ser de la institución que la impulsa: la gesta de rehabilitación de la Habana Vieja, cuyo Centro Histórico fue declarado por la UNESCO en 1982 Patrimonio de la Humanidad. Es válido resaltar, de inicio, que dicho empeño editorial da continuidad a la labor que, en ese sentido, sostenidamente desarrolló el doctor Emilio Roig de Leuchsenring, primer Historiador de la Ciudad, desde 1935 hasta su deceso en 1964. Constituyéndose en una revista multidisciplinaria —en la medida en que reflexiona sobre el destino de la urbe y su gente desde la perspectiva de los propios actores de la rehabilitación, como pueden ser el historiador, el arqueólogo, el sociólogo, el arquitecto, el urbanista, el ecólogo, el artista…—, mediante el ejercicio de un periodismo culto, ágil y ameno, Opus (latinajo que significa “ obra”) aspira a cubrir una amplia franja de público, mayormente sensibilizado o comprometido con la salvaguarda del patrimonio cultural, espiritual y edificado. Respetando la pluralidad de enfoques y la pertinencia según la temática abordada de uno u otro género periodístico (crónica, artículo, entrevista, reportaje, reseña…), la publicación privilegia, como se suscribió, la conservación y restauración, pero también la relación arte-ciudad, los asuntos ecológicos, las tradiciones y costumbres, en primer instancia habaneras, y la Historia de Cuba. Partiendo de las pautas de diseño afines a una revista ilustrada, se distingue el énfasis en la conjunción de imagen y palabra mediante soluciones gráficas que van desde reportajes gráficos corrientes hasta la llamada infografía de prensa, es decir, la aportación informativa que se sustenta en elementos icónicos y tipográficos.
Con una frecuencia de circulación a veces cuatrimestral y en los últimos años mayormente semestral, y una tirada de 3000 ejemplares, Opus Habana —que acumula ya 42 entregas— se imprime en Sevilla, España, debido a que su alta calidad gráfica y complejidad editorial no se satisfacen en ninguna imprenta del país. Durante sus 16 años de vida, la acción comunicativa de la revista ha estado encaminada a: -Testimoniar los resultados y esfuerzos vinculados a la recuperación de bienes inmuebles. -Difundir la proyección humanista de la institución en el contexto social. -Mantener la presencia —en calidad de autores— de investigadores y especialistas de la Oficina del Historiador, sobre la base de que la revista constituye un soporte que solo da cabida a lo meritorio. -Atender los hechos más importantes de la vida política y cultural del país, para reflejar aquellos aconteceres más universales desde el prisma y los intereses de la institución y su máxima autoridad. -Consolidar la presencia de intelectuales y artistas de renombre —sobre todo artistas de la plástica—, de modo que la revista se valore también como un soporte editorial prestigioso, más allá de su significado meramente institucional. -Defender un presupuesto ideo estético (estilo) que, salvaguardando el perfil editorial, preconiza la conjunción de imagen y palabra, artes gráficas y periodismo cultural. -Incursionar en la publicidad comercial de los productos y servicios vinculados al turismo cultural en el Centro Histórico. -Ejecutar acciones de relaciones públicas que ayuden a promover la imagen de la Oficina del Historiador como entidad de valía a nivel nacional e internacional.
En la práctica, Opus Habana ha defendido la interrelación de estas formas de comunicación partiendo de un periodismo histórico-cultural que aspira a ser especializado. Es por ello que sus comunicadores —vale decir, quienes integran su equipo editorial—, devienen publicistas del patrimonio cultural (espiritual y edificado) que interactúan con fuentes calificadas, en tanto apelan
de manera predominante a la memoria institucional, cuya lógica particular determina el método de realización de la revista. Del modelo comunicador-revista-público se concluye que Opus Habana se ha mantenido para actuar sobre determinada audiencia, en principio, interesada en el patrimonio cultural habanero y cubano, si bien la estructura de dicha audiencia ha alcanzado nitidez paulatinamente, en la medida en que avanzaba y se consolidaba el proyecto. Además de distribuirse a instituciones académicas, museos, bibliotecas públicas (municipales, provinciales y nacionales), centros de documentación de algunas entidades y órganos de prensa, así como librerías o embajadas, la publicación se entrega a cuanta persona ilustre visita el Centro Histórico. Como forma de consolidar su imagen y marcar una posición en el campo intelectual, Opus Habana ha priorizado la presencia en sus páginas de renombrados artistas e intelectuales, ya sea mediante colaboraciones de su autoría o entrevistas a los mismos. Al reflejar el amplio espectro de las artes plásticas cubanas contemporáneas desde su portada —expresamente realizada para cada número por reconocidos pintores—, se ha convertido también en un soporte de consulta ineludible para promotores, críticos, coleccionistas… y en espacio legitimador de las más recientes hornadas de artistas de la plástica que pugnan por abrirse camino dentro del heterogéneo, prolífico y cambiante panorama cultural cubano. Al mantener los altos estándares, en forma y contenido, se ha colocado en el mercado editorial como una publicación de referencia sobre el patrimonio histórico-artístico cubano, tanto aquí como en el extranjero, y en el ámbito académico es justo señalar su validez como soporte de carácter científico, tenida en cuenta como publicación en tesis doctorales de las Ciencias sociales, humanísticas y lingüísticas, como avala la Comisión Nacional de Grados Científicos. Todo ello hace que Opus Habana alcance valor coleccionable y que sea, ella misma, un producto patrimonial.
II El año 2004 marcó un parteaguas, en el sentido de la consolidación de Opus Habana como empresa comunicativa. Y es que la propia naturaleza de los medios de comunicación, la convergencia de varios lenguajes, hace que el periodismo sea una profesión en constante evolución. Por una parte, nadie ignora que el escenario de esta época, marcada por el auge inusitado de Internet y el entorno digital, posibilita a las publicaciones que asumen el desafío ampliar sus niveles de audiencia y retroalimentación con sus potenciales consumidores. Para esa fecha, el número creciente de actividades que se generaban en el Centro Histórico capitalino hacía imprescindible la aparición de otros soportes editoriales que, mancomunadamente, posibilitaran dan cabida a tales acontecimientos culturales.
En enero de 2003 se había comenzado a ejecutar a modo de prueba el boletín digital Opus Habana Breviario, que finalmente se convirtió en semanario en septiembre del año siguiente, al incorporar una mayor variedad de secciones (Cartelera, Entrevistas, Artículos, Artes Plásticas, Música Antigua, Museables, Ecológicas, Casa de papel…), que se vinculan a la página web (www.opushabana.cu, la primera que surgió dentro de la Oficina del Historiador) con artículos extraídos de la versión impresa. En 2006, y en coordinación con el Programa Cultural y el resto de los órganos de prensa que conforman el Sistema de Comunicación de la Oficina del Historiador, se agregó una cartelera interactiva, para que los clientes pudieran tener acceso de manera automática a las distintas propuestas culturales —con fecha, hora y lugar actualizados— que ofrecen las instituciones del Centro Histórico. Ante la irregularidad en la entrega de la versión impresa, hay que reconocer que la permanencia y visibilidad de la revista se garantizan en mayor medida con el semanario digital, que en ciertos momentos ha alcanzado cuotas de 6000 suscriptores.
Habría que apuntar que los semanarios de alto rango están en el orden de 15 000 suscripciones, cifra que no ha podido alcanzarse, entre otros motivos,
por las condiciones de los servidores informáticos y también por las políticas anti-SPAM. Sucede que grandes portales de la red de redes como Yahoo, cuando detectan grandes tráficos de información, tienen un mecanismo que automáticamente nos convierte en sospecha de SPAM. El pasado año, se contabilizaron más de 5000 suscriptores del semanario, entre nacionales y foráneos, quienes reciben este servicio de alto impacto gratuitamente, vía correo electrónico, muchos de los cuales acuden al sitio web para ahondar en determinados temas o buscar la ampliación de las noticias breves que se colocan en el semanario a modo de flashazos (compuestos por lead y sublead). Ciertamente, la existencia de una “comunidad virtual” de Opus Habana, presupone que sus miembros accedan a los servicios que se ofertan para satisfacer sus necesidades informativas. También en 2004, pero en el mes de octubre, salió al aire una versión radial de Opus Habana. En la actualidad, este programa se transmite semanalmente, con una hora de duración, por las ondas de Habana Radio, la emisora institucional (sábado, 2:00 p.m.) y en CMBF Radio Musical Nacional (domingo, 11:00 a.m.). Por entonces, la dirección de la revista asumió la curaduría y organización de las exposiciones que se realizan en la Galería del Palacio Lombillo, Plaza de la Catedral (sede de Opus Habana), labor que compartió con el contiguo Museo de Arte Colonial hasta mediados de 2011. Este espacio transitorio —ubicado en la planta baja del edificio—, ha favorecido los vínculos con los artistas de la plástica de Cuba y otras latitudes. Asimismo, el colectivo de Opus Habana tiene a su cargo la concepción editorial de los volúmenes de la autoría del Historiador de la Ciudad (La luz sobre el espejo, Fundada esperanza, Poesía y palabra, Patria amada, Legado y memoria…), así como de otros relevantes materiales que le sean encargados (por ejemplo, El Museo Nacional de Bellas Artes. Historia de un proyecto, y Una experiencia singular. Valoraciones del modelo de gestión integral de La Habana Vieja, Patrimonio de la Humanidad).
Precisamente, por el diseño integral del libro El Museo Nacional de Bellas Artes. Historia de un proyecto, de José Linares, el equipo editorial de la revista obtuvo el Premio Anual de Diseño Raúl Martínez (2001), y por Legado y memoria, el Premio La Ceiba de La Habana (2009) —que convoca la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales— en la modalidad de diseño editorial. III A diferencia de otras publicaciones más especializadas, como empresa informativa de carácter multifacética, Opus Habana da espacio a todo aquel que se adhiera espiritualmente al ambiente de la parte más añeja de la ciudad. Por más de tres lustros se ha logrado impulsar un producto comunicativo cuya concepción ideo estética responda a la institución y su obra, por lo que es una suerte de destello de esa gesta, y también el testimonio tangible e imperecedero en papel de que la obra colosal del Centro Histórico de La Habana tiene un líder. Sin Eusebio Leal, hubiera habido otra interpretación del fenómeno y, seguramente, otra revista.
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