Niveles de integración grupal e inclusión social alcanzados (b)
4 de julio de 2014
Cultura entre las manos. Más de cinco años de trabajo en pos del desarrollo sociocultural y la integración de la comunidad Sorda de La Habana. XII (B)
Por Yalena Gispert y Gladys González
La comunidad Sorda puede aportar mucho a la sociedad. Y si participa esencialmente buscando el conocimiento, explorando más sobre de dónde venimos, cómo somos, cómo nos expresamos, reconociendo la historia patria, y todos esos valores de los que somos portadores los cubanos se está poniendo en práctica una buena manera de incluirla en la sociedad toda.
El proyecto reconoce y pone al descubierto potencialidades de las personas Sordas, estimula que las propias personas de esta comunidad evidencien que las tienen y que las pueden poner al servicio de la sociedad toda, lo mismo en condiciones laborales, en ocasiones de creación, que en la elaboración de mensajes comunicativos.
Como expresa Onedys Calvo, “el proyecto ha tenido una visión integradora, se ha proyectado desde una perspectiva de no segregación, de criterios no lastimeros, ni de superioridad. Ha sido una propuesta muy de vanguardia que ha hecho que muchas veces participemos no sólo ofreciendo información”.
Cultura entre las manos se ha convertido en la herramienta que las personas Sordas tienen para acercarse al entorno cultural y patrimonial de la urbe habanera, lo cual es valorado por Yanet Rodríguez como satisfactorio para contribuir a su inclusión social: “iniciativas como Cultura entre las manos, estimulan la sensibilidad de la población en general y ayudan a la integración social de un grupo de la población, que aunque minoritario forma parte también de un territorio, que aspira a un desarrollo local determinado y para ello es necesaria la inclusión de todos en los procesos de construcción social”.
Pero, esta relación cultural no se consolida sólo desde la sensibilidad de la mayoría ante la diferencia, se asegura realmente mediante el compromiso social. Con modos de actuación que partan de posiciones de igualdad, propiciando procesos comunicativos y participativos que satisfagan las disímiles situaciones que impone la diversidad.
Una especie de llamado a la conciencia puede ser el trabajo de Cultura entre las manos, expresado en el cambio de perspectiva de algunos de los organizadores de probados Programas de la Oficina del Historiador (OH). Las Consultas Públicas y Rutas y Andares para descubrir en familia, dirigidos por el Plan Maestro y la Dirección de Programación Cultural de la OH respectivamente, fueron de los primeros en dar muestras de ello.
Con el propósito de recoger sus opiniones la Consulta Pública sobre el Plan Especial de Desarrollo Integral (PEDI) del Centro Histórico, llegó por primera vez a la comunidad Sorda en 2011. A solicitud de sus coordinadores Cultura entre las manos preparó un Encuentro especial para incluir la opinión de este grupo social, tomando como muestra a los actores del proyecto, quienes en su mayoría no viven en el Centro Histórico, pero pueden garantizar una más amplia visión a los encargados de actuar en pos de la accesibilidad y el desarrollo integral en la urbe habanera.
Rutas y Andares por su parte, programa que celebró recientemente sus doce primaveras, recibe la colaboración de Cultura entre las manos desde hace seis años. En el verano de 2013, se pronuncia haciendo un llamado a los niños con Necesidades Educativas Especiales, entre ellos los Sordos, a participar de la experiencia. Evento que sucedió aprovechando la metodología de trabajo propuesta por el proyecto como resultado de la experiencia.
Y, es que Cultura entre las manos ha funcionado -se puede decir- como un pequeño motor que impulsa a los encargados de la gestión patrimonial a pensar en las posibilidades reales que poseen sus proyectos para hacerlos accesibles a las personas Sordas, y en consecuencia actuar.
Continuará…
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