Luego de 5 años…
11 de julio de 2014
Cultura entre las manos. Más de cinco años de trabajo en pos del desarrollo sociocultural y la integración de la comunidad Sorda de La Habana. XIII
Por Yalena Gispert y Gladys González
El desarrollo de la comunidad Sorda habanera ha sido intervenido desde el punto de vista cognitivo luego de implementarse las prácticas de comunicación potenciadas por Cultura entre las manos. Un proyecto intercultural que como ejercicio facilitador de la mediación social, ha incidido tanto en la integración de la comunidad Sorda habanera tal y como se describió en publicaciones anteriores, como en la producción de una comunicación personalizada basada en la interacción cara a cara, y el respeto a los códigos culturales del público al que está dirigida. Así, incentiva la elevación del nivel cultural en su sentido más amplio, y la motivación por el conocimiento sobre temáticas antes no exploradas, o revisitadas desde perspectivas diferentes.
De aquí que el proyecto no discrimina sino promueve la diferencia, transforma la diversidad en una ventaja, un valor, una oportunidad y un derecho. Toma en cuenta las demandas, necesidades, posibilidades y recursos propios de una comunidad antes no incluida en la vida cultural del Centro Histórico habanero.
De esta forma, la comunidad Sorda como grupo culturalmente diferente, mediante el intercambio entre ellos y con la mayoría oyente pone en escena su “yo”, generando incluso otras formas de percepción de uno mismo. Ha logrado significar la realidad de forma participativa. En este caso enriquecida a través de la retroalimentación producida por ese toma y da de grupos culturalmente diferentes, que permite la construcción y reconstrucción de ambas realidades.
La experiencia de cada uno de los miembros de la comunidad Sorda como la de todo ser social, se enriquece de forma diferente. El punto de partida siempre es la individualidad, y por lo tanto la diversidad de realidades e historias que poseen.
En el caso de la comunidad Sorda específicamente cada persona posee capacidades e historias propias. Aunque hayan asistido a la misma escuela de Sordos por ejemplo, han recibido diferente influencia. Las generaciones de Sordos cubanos están marcadas por el cambio de filosofía en la educación, antes de 1994 recibieron una enseñanza oralista, y después de esa fecha, el giro conceptual trajo consigo la implementación de la filosofía bilingüe en las escuelas. Pero, para empezar a hablar de realidades múltiples en la comunidad Sorda, se puede comenzar precisamente por la causa de la sordera. Algunos lo son de nacimiento, por herencia o por algún otro problema prenatal, perinatal o postnatal. Si se es Sordo por un factor hereditario, y se nace dentro de una familia de Sordos, el ambiente lingüístico donde crece el niño(a) es favorable, y por supuesto su desarrollo intelectual. Pero, si por el contrario el niño(a) llega al seno de una familia oyente el escenario es totalmente diferente. La sospecha de sordera y más tarde el diagnóstico definitivo genera incertidumbre y desestabilización en la familia. La aceptación del niño(a) sordo/Sordo(a) puede tomar un período de hasta seis años, y terminar con la resignación familiar. En cualquiera de los casos el niño siempre está ahí, recibiendo la influencia de la familia y su entorno. Un proceso del que se deriva la estimulación que pueda recibir o no.
La integración o inclusión social del Sordo, es otro capítulo más extenso en sus vidas, por el que se está trabajando hoy con Cultura entre las manos. De aquí que las necesidades, intereses, motivaciones, aspiraciones y expectativas de cada una de las personas Sordas son diferentes. Por tanto, el conocimiento y las nuevas conexiones sociales e Institucionales que ha propiciado el proyecto, son entendidos y aprovechados por cada uno de los actores de múltiples maneras.
A partir de la configuración y el fortalecimiento de las nuevas redes como soporte para conquistar un espacio otro en la vida social y la confianza, el cambio ha sido no solo individual sino también colectivo. Algunos han comprendido el contexto y han reconocido su uso apropiándose del conocimiento, del espacio como ámbito para recrear la identidad, de los nuevos vínculos, etc.
La identificación de un patrón de relación donde las personas y las Instituciones interactúan ha hecho que conciban el Centro Histórico habanero como algo suyo sumándose a concursos promovidos por las Casas Museo del lugar de manera independiente, otros apuestan por ganar premios participando en las actividades del mes con sus amigos y colegas; y otros muchos prefieren esperar a que el proyecto realice sus actividades para así satisfacer sus intereses. También está el caso de quienes matriculan en talleres como el de la Boligrafía; este último aunque no es promovido, ni desarrollado por la Oficina del Historiador, se cita entre los ejemplos por haber sido motivo de atención de varios miembros de la comunidad Sorda después de su participación en Cultura entre las manos.
Igualmente, en esta nueva relación con el contexto del Centro Histórico habanero, es posible apreciar que una segunda comunidad de intereses los une alrededor de los tesoros patrimoniales. Un buen número de ellos muestra mayor deseo por aprender por sí mismos, actualizarse sobre lo que acontece nacional e internacionalmente, y sobre todo por conocer otros aspectos de la vida en sociedad, y de la historia de su país evidenciándose un incremento de las áreas de información y conocimiento, ya que se sienten útiles teniendo algo más que aportar tanto en el marco social como familiar.
“En comparación con otras reuniones de Sordos te puedo decir que a esta sí le prestamos atención y eso es porque nos gusta. Es una forma de vincularnos con la cultura en general y muy específicamente en la parte que concierne al patrimonio, lo cual es de interés para muchos de nosotros. Es una actividad bonita donde nos encontramos, conversamos, accedemos a la información, valga aclarar que a información interesante que no es específicamente para personas Sordas, es una información para la población en general, que nos la hacen llegar a nosotros en nuestra forma de comunicación”, explicó Miriam Meneses.
Acudir al Centro Histórico -como contexto sociocultural de prestigio que hoy los incluye-, conlleva a que se arreglen y vistan para un día especial, al que no faltan a no ser por razones mayores. Es en definitiva, un espacio concebido por ellos -en primera instancia- como lugar de la cultura propicio para sus citas y encuentros; en segundo lugar espacio de disfrute en grupo de actividades especiales en su lengua, que entre otras cosas propicia el diálogo con voces autorizadas y personalidades de la cultura como iguales; y en tercer lugar un sitio desde donde planear otros paseos para aprovechar el día.
Así, la necesidad de las personas Sordas de interactuar cara a cara para dialogar en su lengua -en un espacio de alta significación cultural-, es satisfecha por esta alternativa de comunicación y lo que de ella se deriva.
El cara a cara no tiene una connotación tan elevada para los oyentes como para los Sordos. Las características de la Lengua de Señas, así como el nivel de desarrollo tecnológico del que puede disponer un país en camino al desarrollo, son algunos de los elementos que hacen de esta la mejor vía de comunicación para la comunidad Sorda habanera.
Muchos de ellos no poseen una manera expedita para comunicarse. Algunos disponen del teléfono para Sordos, pero este aún requiere del servicio de intermediación. De igual forma en sus conversaciones con personas oyentes también necesitan de un intérprete para expresar lo que desean o comprender lo que se les dice.
Así Cultura entre las manos ha ofrecido un espacio para la interacción que ha incidido en la satisfacción de intereses culturales de la comunidad Sorda, en su visibilización en un marco social donde antes no se ubicaba, lo cual ha garantizado que además sea reconocida por otros que ni siquiera pensaban en ella porque tampoco la conocían.
La construcción de conocimiento estimulada por Cultura entre las manos mediante la socialización se ha traducido en mayor presencia en la vida pública del Centro Histórico, participación y posibilidades de acceso a la cultura. Pero, este beneficio no ha sido en una sola dirección, la retroalimentación cultural ha ocurrido en dos sentidos. Los especialistas -actores del proyecto- también han ampliado su panorama sobre la realidad social y han conocido otras posibilidades de proyección en temas de accesibilidad.
Los mencionados programas de la OH -las Consultas Públicas y Rutas y Andares para descubrir en familia- dan fe de esta transformación. Aunque, también es significativo destacar que otros de los especialistas colaboradores de Cultura entre las manos, han llegado a valorar posibles soluciones para desde las estrategias de los programas y proyectos de la OH, contribuir a una mayor accesibilidad. Vale citar la propuesta el Arq. Orlando Inclán Castañeda pensando en que algún día llegue a ser realidad. ”El proyecto pone una pauta que ha ido resolviendo el problema de las personas Sordas, pero también puede incidir incluso en términos de normativas para los proyectos de la Oficina, que alcancen a establecerse en un cuerpo legal para satisfacer las necesidades de la comunidad Sorda, y que además puedan aplicarse y supervisarse por los coordinadores de Cultura entre las manos”.
Continuará…
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