Un museo con nuevos bríos (+Video)
11 de mayo de 2017
| |Fotos: Alexis Rodríguez
Luego de una reparación capital abrió sus puertas al público, el pasado mes de marzo, el Museo de la Orfebría, que hoy exhibe sus mejores galas con un nuevo guion museográfico, realizado con el fin de ofrecer una propuesta más atractiva al visitante.
En ese sentido, Rosa Iris Parets, su directora, en declaraciones exclusivas para Habana Radio dijo que es el mismo inmueble con 21 años de existencia, cumplidos precisamente el 18 de mayo, Día Internacional de los Museos: “El guión museológico sigue siendo el mismo; son piezas fundamentalmente de finales del siglo XIX y principios del XX que reflejan cómo vivía el cubano y, en especial, el habanero de esa época, perteneciente a una clase social alta y medianamente alta”.
“La institución cuenta – continuó Rosa Iris – con la sala de joyas, con nuevas adquisiciones por donaciones y por compras; la de relojes, la de armas y bastones y la de aseo, con un nuevo montaje museográfico. Se retomó el salón de escritorio y fumador debido a que se rescató una pintura mural en el arco de entrada de la planta baja que dice «efectos de escritorio», pues este inmueble, entre los disímiles usos que tuvo, fue sede de la imprenta P. Fernández y Compañía, y en ese momento se vendieron aquí objetos de escritorio y de tabaco.
En la planta alta se pueden apreciar las salas numismática, de arte religioso y la ornamental. Mención aparte merece el gran salón comedor donde “sí pudimos soñar un poco más porque allí el montaje fue totalmente nuevo, y aunque nos quedan pequeños detalles el público podrá ver una sala ambientada y la presentación de la colección de platería para este menester. Hay un deslinde entre un gran juego de comedor que tenemos que perteneció a los Marqueses de Duquesne, y en vitrina toda la vajilla de plata que pudo pertenecer a familias de la época”, aseveró Rosa Iris.
“La de arte religioso es hoy una pequeña salita – describe Rosa Iris – que atesora muchas piezas hechas por plateros cubanos del siglo XIX, algunas del XVIII, titulada Religioso Iluminación porque son todos los objetos que de carácter religioso tienen que ver con la luz; contamos con una pieza muy importante llamada menorá, que tiene que ver con la cultura hebrea. Se trata de un candelabro con 8 luces y un guía que se usa en las fiestas judías coincidiendo con la Navidad para los cristianos. Es decir, en ella está todo lo que tiene que ver con el acto mismo de la ceremonia religiosa”.
Algunos pudieran preguntarse la diferencia ente museografía y museología. Según la museóloga Aymara Fonseca, la primera se refiere al montaje de las piezas y los medios utilizados para ese fin y la segunda trata de cómo contar la historia de lo expuesto con un sentido lógico y atractivo desde varios puntos de vista, de acuerdo con lo que el visitante prefiera.
Entre los fondos que atesora el Museo de la Orfebrería destacan las colecciones de Tomás Terry Dorticós, las de Fidel y Raúl Castro, la de Harold Gramatges, la de los Marqueses de Aguas Claras, los Pérez de la Riva y la Familia Valle.“La importancia de la colección de platería no está solo dada por el material del cual está hecha, sino desde el momento mismo del desprendimiento de las familias al legar esa herencia familiar a la herencia cultural cubana. Y eso es lo que promovemos: el cuidado del patrimonio y su salvaguarda para el cubano de hoy y para el cubano del mañana”, acotó la directora de la institución.
Como primicia, Rosa Iris adelantó que ya están pensando en abrir una sala de orfebrería cubana contemporánea “porque no existe; y los propios artistas están interesados en ceder algunas de sus piezas. Por supuesto, no son todos los artistas; nos interesan los que sí están dejando ya una huella a partir del momento en que triunfa la Revolución Cubana y es una historia que hay que relatar también, porque como decíamos al inicio es un museo que te cuenta la vida del cubano de la época colonial y no solo de la orfebrería cubana, sino del arte en metal cubano contemporáneo. No solo nos vamos a ceñir a metales como el oro, la plata, el platino; también al cobre, al latón. Ya estamos hablando de obras de arte y no meramente comerciales que es lo que muchas personas piensan que es la orfebrería”.
“Entre los más connotados y conocidos están los hermanos Valladares. Tenemos interés marcado en la obra de los hermanos Rafat y sin adelantar mucho debo decir que Pepe Rafat va a estar muy presente en esta sala, porque cuando se hable de orfebrería cubana contemporánea hay que hablar de él, del maestro, que ya no está entre nosotros, pero su obra perdura y perdurará”, sentenció.
Según Parets, actualmente continúa sus trabajos la brigada de pintura mural en la planta alta, presente en todos sus salones y son las mejores de toda la Dirección de Patrimonio de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana. Tienen un carácter ornamental; mucha se realizó a mano alzada y se está restaurando gracias a la investigación que hiciera la arqueóloga Carmen Montes, en 1996, que llegó a 16 capas de pintura debajo de la pintura de obra. Es un trabajo de mucho detalle, llevado a cabo por una brigada de Puerto Carena, con muchachos muy jóvenes egresados de la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos; todos muy capaces y disciplinados.
Como todas las instituciones del Centro Histórico habanero, el Museo de la Orfebrería desarrolla su proyecto socio-cultural que, luego de la restauración – que duró casi tres años –, retomará basado en los talleres con niños sobre manualidades artísticas con papier mache, con alambrería y con todo lo que nos pueda aportar algo artístico como los abalorios, los botones, declararon en exclusiva para Habana Radio las museólogas Lesly Cordoví y Aimara Fonseca.
“Para mí siempre ha sido un honor trabajar con el adulto mayor – comenta Lesly – porque fue un adulto mayor el que me enseñó a ocuparme de ellos. Estoy hablando del profesor Filiberto González Llerandi. Él necesitaba personas para las visitas con este grupo etario y a partir de ese momento el museo me incluyó en el proyecto social adulto mayor y en el infantil. Fuimos pioneras en la inclusión de estas edades en los talleres del museo. En estos momentos, ampliados a la especialidad de pintura con la incorporación de Aimara”.
“Es muy rico porque los abuelos agradecen el mínimo esfuerzo que hagas por ellos y los niños son la herencia; ellos son los que tienen que continuar nuestro trabajo y, de alguna manera, hay que inculcarles el cuidado del patrimonio, el amor a lo antiguo e, incluso, hacemos encuentros intergeneracionales donde los abuelos y los niños intercambian ideas, historias. Los adultos mayores son otra fuente de investigación; tal es así que tuvimos un abuelo que nos mostró en qué lugar ponían los estanticos en la planta baja cuando este espacio se dedicaba a la venta de útiles de escritorio”, asegura Lesly.
“Los niños pintan su visión del patrimonio – continúa Lesly –, cómo ellos ven el museo y gracias a eso también se han rediseñado las exposiciones; por ejemplo, tenemos una salita ornamental donde incluimos pequeñas piezas que aunque son souvenirs en algún momento podrían servir para jugar, y esa es otra forma de atraer al público infantil”.
También surgieron las iniciativas para los adolescentes; además de los talleres de alambrería se le dan las clases sobre qué es el patrimonio, su cuidado y qué es el Museo de la Orfebrería, porque están insertados aquí. Luego se creó el proyecto general de la Oficina del Historiador para los adolescentes, unido a la Cooperación Internacional y la UNICEF. Ahora es más fácil porque se cuenta con las herramientas y los materiales para realizar todo lo que tenga que ver con alambrería artística, incluyendo bisuterías y figuras en alambre de cobre, entre otras.
Según las especialistas, es un taller muy solicitado por los papás, sobre todo para el verano porque cuando se realizan para adolescentes y niños incluimos a los abuelos y a los padres; es decir, se convierten en talleres familiares.
Es por eso que el museo se insertará en el venidero proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador con un taller para los adolescentes. Estará insertado en la Ruta de las Artes Decorativas que este año tiene como tema la presencia infantil en ellas; iniciativa que incluirá, además, al Museo Napoleónico, al Nacional de la Cerámica habanera y al de Arte Sacro.
“Para los adolescentes, el taller estará dedicado a la encuadernación, en crear las caratulas de una agenda, de un diario, de tipos de documentos que ellos prefieran, pero basados en los libros antiguos que se usaban en las iglesias para guardar documentos sagrados. En este caso, lo sagrado para ellos sería un diario y utilizaríamos alambrería en cobre, latón, alpaca, abalorios de cristal o madera, según lo prefieran, y la pintura para que plasmen en ese libro personalizado sus ideas, sus gustos, su decoración. Esta última, a partir de las artes plásticas y, en especial, la pintura en sus disímiles temáticas: acuarelas, temperas, dibujos, plumillas”, concluyó Lesly.
Al Museo de la Orfebrería se puede acceder de martes a sábado de 9:30 a.m. hasta las 5:00 p.m. y los domingos hasta las 2:00 p.m. Para la visitas guiadas llamar al 78011861 o por el correo electrónico plata@patrimonio.ohc.cu.
A este importante recinto se acerca el siguiente capítulo de Visión Habana
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