El patrimonio es el alma visible de Cuba
28 de junio de 2013
| |El programa televisivo Mesa Redonda dedicó este jueves su emisión a actualizar al pueblo sobre la Red Nacional de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, creada recientemente. Al espacio asistieron el Historiador de la Ciudad de La Habana y presidente de la Red, Dr. Eusebio Leal Spengler; el Historiador de Baracoa, Msc. Alejandro Hartman Matos; el Historiador de Camagüey, Lic. José Rodríguez Barrera y el Conservador de Trinidad, Msc Norberto Carpio Calzada.
El Dr. Leal se refirió a la misión que posee la Oficina del Historiador de La Habana (OHC) de presidir y vertebrar esta Red, la cual tiene como objetivo “unificar esfuerzos, garantizar probabilidades e intercambiar experiencias enriquecedoras y útiles, como la que se hace anualmente con el Encuentro Internacional de Manejo y Gestión de Centros Históricos”, explicó.
Este noble proyecto ha sido posible gracias al trabajo constante de muchos colaboradores de la OHC, entre ellos la Arq. Patricia Rodríguez, secretaria ejecutiva de la Red; así como por el empeño de los historiadores y conservadores de las ciudades históricas; y el apoyo del Ministerio de Cultura y de su Consejo Nacional de Patrimonio Cultural, presidido por Gladys Collazo. Para que esta Red salga adelante es fundamental unirnos al trabajo–puntualizó el Dr. Leal- y tratar de que en el más breve tiempo posible esa obra florezca y se multiplique, como viene ocurriendo; pues la Red tiene entre sus propósitos incorporar a otras ciudades que han aportado mucho a nuestra nación”
Y es que la ciudad histórica no es un tema acabado, la historia no terminó en los muros de una vieja ciudad, sino que debemos considerarla siempre como núcleo, semilla, punto de partida, elocuente testimonio de lo que distintas generaciones hicieron, tanto material como inmaterialmente, dentro de sus muros, aseguró Leal.
El Historiador reseñó varias de las particularidades de las siete villas que nacieron en los tiempos modernos en la isla de Cuba y recalcó el esfuerzo que se ha realizado en ellas durante todos estos años. Asimismo, realzó la labor ejecutada en Santiago de Cuba luego del paso del huracán Sandy, el cual destruyó gran parte del patrimonio material de la ciudad histórica. “Resulta ejemplar ver lo que está ocurriendo en Santiago, quizás es necesario hacer otro programa en que se narre la epopeya del pueblo que sale de las ruinas, de una magnitud inconcebible, y es capaz de ir de lo general a lo particular”, indicó.
Por otra parte, el también presidente de la Red, certificó que esta nueva institución jurídica tiene facultades establecidas para que las ciudades obtengan todo el apoyo canalizados a través de los organismos competentes del Estado. En estos momentos –informó- venimos articulando un sistema de comunicación entre nosotros, y se está fortaleciendo la red informática, porque sin información hoy, en un mundo en el que patrimonio adquiere un valor tan alto, no seríamos nada.
Todas estas medidas contribuirán a hacer más viable y certero nuestro trabajo, porque “cuando hablamos de la restauración no podemos pensar que vamos a reducir la utopía en una fantasía, ya que cuando la utopía no tiene una base económica segura, se convierte en un sueño pasajero o en una mala noche. Aquí lo importante es asegurarnos que hacemos un aporte, que además, contribuye a cambiar la imagen que a veces se tiene, de que somos solo naturaleza, bellas esculturas humanas y ciertos placeres. Pues no: hay que ver no solo la obra de una nación, sino también apreciar cómo ella cuida y sostiene su patrimonio, que es como el alma visible de Cuba”, aseveró Eusebio Leal.
La creación de la Red no es un elemento aislado, ello se debe a la excelente coincidencia que existe en nuestro país entre la vanguardia política y la vanguardia cultural, pues “para llegar a un determinado grado de conciencia y de verdadera aprobación, con el corazón, hace falta cultura, y la cultura no es una abstracción, ni el privilegio de una élite: más bien es el privilegio de las vanguardias sociales, las cuales tienen que ser también las vanguardias de la cultura”, declaró Leal.
EL ORGULLO Y LA PASIÓN DE SER BARACOENSE
El 4 de noviembre de 1978 en la Plaza Hatuey de Baracoa se declaraba, ante 20 mil pobladores, a esta ciudad como Monumento Nacional. Allí estaba Antonio Núñez Jiménez quien avizoró que la tarea que tenía por delante el joven Alejandro Hartman Matos no sería sencilla.
Han pasado casi 35 años de ese suceso y aún hoy el Historiador de la Primada de Cuba recuerda las palabras de Núñez Jiménez: “tienes un gran reto ante ti, ahora vendrán avatares, contiendas y luchas constantes”. Y no se equivocó el hombre que en canoa cruzó del Amazonas al Caribe, pues Hartman ha entregado su vida a esta gran misión de preservar el legado de la villa más antigua de Cuba.
Pero nada de lo que se ha hecho fuera posible sin los baracoenses, un “pueblo que ama y siente orgullo por nuestras casas vernáculas y de maderas, por las techumbres que tenemos y por esa personalidad propia que la Dra. Alicia García ha llamado “el criollo baracoano”. Partiendo de ese orgullo tan grande que siente el baracoense hemos logrado aunar voluntades y amores en esta labor”, confirmó Hartman.
Una opinión similar comparte el Dr. Leal, quien corrobora que durante todos estos años la primer a villa de la Isla ha salido adelante por el amor del pueblo y por el cuidado y la preocupación de sus autoridades. Ha sido muy certera “la tarea de ennoblecer la ciudad, de incorporar la tradición oral, la educación popular y el amor a las piedras, pues no se puede ir al futuro si no es desde el pasado, todo tiene que tener un punto de partida, un ancla de apoyo”, reconoció. El método de las autoridades de esta villa, radica en sensibilizar al pueblo e ir haciendo con nuestro patrimonio lo que las posibilidades nos permitan, precisó su Historiador.
Asimismo, corroboró los beneficios que tiene para la ciudad las casas que alquilan, pues el 50 por ciento de estas viviendas han sido reparadas con los propios recursos que ingresa la persona, pero claro está –insistió Hartman- siempre cumpliendo de manera estricta todas las ordenanzas municipales.
En otro momento de su intervención, el Historiador de Baracoa enumeró los retos de esta ciudad con alto nivel de salinidad, que es el lugar de Cuba donde más llueve y que posee el 80 por ciento de sus casas con tejas francesas e inglesas y el 60 por ciento de las viviendas se encuentran en estado regular.
Pero muchos son los logros de este Centro Histórico, que consta de 23 manzanas y tiene una población de alrededor de 3 mil habitantes. Entre ellos –indicó Hartman- destaca el proyecto del ALBA del acueducto por gravedad, la fibra óptica, las cuatro cuadras que ya han sido soterradas, la culminación de una zona peatonal, tarea en la que se encuentran inmersos en estos momentos. Además, como parte de las celebraciones por los 500 años se abrieron varios establecimientos comerciales, entre los que sobresale la Casa del Cacao.
Al igual que en La Habana, en Baracoa se ve a los museos no como vitrinas gélidas, sino como lugares vivos en los que niños y jóvenes pueden aprender de la historia, de su pasado y de sus tradiciones: eso ha sido esencial en estos 35 años, especificó Hartman.
MILES DE MOTIVOS PARA LUCHAR POR LA CIUDAD INFINITA
Dentro de unos días terminará en la otrora villa de Santa María del Puerto del Príncipe, la fiesta tradicional del San Juan camagüeyano, que surgió entre 1725 y 1728. Esta festividad fue recordada por el Historiador de la cuarta villa de Cuba, el Lic. José Rodríguez Barrera, quien se refirió a los intentos porque esta celebración popular, la más antigua que se hace en el país, vuelva a tener las riendas en la comunidad y que sea motivo de satisfacción de toda la población.
En Camagüey hay muchas personas que vienen haciendo desde hace años un gran trabajo por la conservación del patrimonio. “Las generaciones que hoy contribuimos a mantener la preservación del patrimonio cultural de esta ciudad tenemos la responsabilidad de mantener aquellos valores que le han dado la universalidad a Camagüey”, subrayó Rodríguez.
En esta ciudad –especificó su Historiador- se trabaja en base a darle continuidad a aquellos estudios que hicieron los precursores de la obra de restauración de la villa y a esos oficios que se rescataron en aquel entonces, y para ello se viene creando una base teórica-conceptual, que tiene en cuenta las características y la idiosincrasia del camagüeyano, así como las peculiaridades de su ciudad.
Desde que en 2008 su Centro Histórico fuese incluido en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad, el pueblo ha asumido esta condición con una altísima responsabilidad y compromiso, expuso el Historiador. “Esta es una ciudad donde el juicio crítico de la población es muy agudo, no se nos permite hacer cosas que no estén a la altura de la ciudad. Hay un eterno compromiso que viene de generaciones anteriores y nosotros tenemos la responsabilidad ahora de transmitirlo”, recalcó.
Lo que se ha hecho no es nada, porque la mirada se pierde en el horizonte, destacó José Rodríguez, “es un trabajo gigante al que hay que volver todos los días y en el que están implicados muchas personas que a veces hacen un trabajo prácticamente anónimo en archivos, museos u otras instituciones”.
Hace algunos años se viene ejecutando en Camagüey el programa Ciudad 500, el cual ha incluido entre otras acciones, el paseo peatonal, una obra gigante de casi nueve millones de pesos. Además, se han ido concibiendo otras obras, algunas de ellas muy premiadas, como la Casa de la Diversidad y actualmente se trabaja en la calle Ignacio Agramonte, en el Museo Provincial, nuestro mejor exponente de arquitectura ecléctica en la ciudad; y en el hospital Amalia Simoni, el primero inaugurado por Fidel Castro a inicios del triunfo de la Revolución.
Asimismo, las autoridades de cultura en esta provincia ya preparan los festejos que se realizarán el 2 de febrero del próximo año cuando Santa María del Puerto del Príncipe arribe a su medio milenio, resaltó el Historiador de esta ciudad considerada como un importante centro cultural y científico de la nación, precisamente aquí nació en el siglo XVI, la primera obra literaria cubana, Espejo de Paciencia.
Los camagüeyanos –reveló Rodríguez- tenemos dos aspiraciones esenciales para recibir estos 500 años. La primera es seguir siendo una joya del patrimonio cultural de la nación cubana, ya que esta es una ocasión propicia para realizar acciones que nos permitan alcanzar la prosperidad de la cual se habla. “Hemos resistido porque hemos tenido valores que cuidar y una historia de la cual tomar muchos ejemplos”. Lo segundo que pretendemos –expresó el agramontino- es que esta ciudad siga siendo mágica. “La Dra. Alicia García, nos bautizó como la ciudad infinita, y es que Camagüey se descubre todos los días, siempre nos enseña algo nuevo, y nos da motivos para luchar y seguir adelante. Con esa magia que inspiró a Nicolás Guillén a escribir La elegía a las calles camagüeyanas, debemos llegar nosotros a los 500 años”.
TRINIDAD: GIGANTESCA POR SU FAMA Y BELLEZA PATRIMONIAL
Desde 1988 la provincia de Sancti Spíritus cuenta con un sitio declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad: Trinidad y su Valle de los Ingenios. Con el propósito de celebrar los cinco siglos de la tercera villa fundada por los españoles, se ejecutan más 700 acciones constructivas, con un impacto en la población en esferas como la salud, la educación, la gastronomía, el comercio y la cultura, manifestó el Conservador de la ciudad, el Msc Norberto Carpio Calzada.
El arquitecto hizo alusión al reto que enfrenta esta pequeña villa con el surgimiento de nuevas modalidades de trabajo por cuenta propia, y precisó que estas deben hacerse de manera armónica para no dañar ni afectar al patrimonio universal. “De forma general las personas que participan en estas actividades son respetuosas con las ordenanzas existentes en el cuidado de la ciudad; incluso una buena parte de ellos, invierten parte de sus recursos para restaurar y conservar sus viviendas, llegando a ser premiados por el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural. En este sentido podemos destacar que se logra una verdadera participación ciudadana”, aseguró Carpio.
El Conservador informó que ya se ha concluido la primera parte de las acciones que se realizan en Trinidad en el acueducto, el cual constituye una de las necesidades de la ciudad y que va muy acompañada al propio desarrollo económico del territorio.
También se trabaja en el rescate de edificios de valor patrimonial como es el caso del Palacio Iznaga, símbolo del Centro Histórico y en otras instalaciones que acogerán la maqueta de la ciudad y el centro de documentación que estará al servicio de todas las personas amantes del patrimonio y de la cultura que deseen conocer la obra de investigadores y expertos de Trinidad.
Por otra parte, comunicó la situación actual del Valle de los Ingenios, donde se ha logrado integrar un programa de desarrollo abarcador que tiene en cuenta la conservación del patrimonio y el progreso económico y social. “Este proyecto se propone la restauración de las casas haciendas, ya logramos rescatar la hacienda Guáimaro; el sitio San Isidro, como ruina arqueológica; también el caserío de barracones de esclavos y la caña como paisaje cultural”, ejemplificó Carpio
De igual forma, destacó que Trinidad requiere de otras opciones y otros circuitos para el turismo, por la fragilidad que ya tiene este Centro Histórico, porque cada vez crece más su número de turistas. “Por tanto nuestro reto es buscar opciones para seguir asimilando a todas las persona que nos deseen visitar, pero que no dañemos lo que ya hemos logrado”, advirtió.
AUNAR VOLUNTADES Y TRABAJAR, PARA QUE LA OBRA VIVA
El fachadismo no ha tentado nunca a los trabajadores del Centro Histórico habanero, esa es una solución fácil que ven aquellos que dejan de soñar. “Lo nuestro es de adentro hacia afuera, y también lo invisible”, puntualizó el Dr. Leal al referirse a la renovación de las redes de agua, electricidad y gas que se ejecutan en La Habana Vieja, un trabajo que se chequea constantemente y en el que la OHC ha recibido el apoyo de todos los organismos del Estado.
Leal también actualizó a los presentes sobre las obras en las que está inmersa la Oficina, entre ellas la conclusión del Teatro Martí y varios proyectos de interés económico y social en la Avenida del Puerto. Además, los trabajadores de la OHC laboran en la restauración de un símbolo de la nación: el Capitolio, también en el Gran Teatro de La Habana, en el Paseo del Prado, en las obras en el Malecón, en la Manzana de Gómez, en la Casa del Libro, en el Castillo de Atarés, en la ciudad de los saberes: la Universidad de La Habana, en la ciudad futura: la Necrópolis de Colón, entre otros muchos sueños que van apareciendo y que siempre, para suerte de los cubanos y del mundo, logran volar y materializarse.
Pero cuando se habla del trabajo de preservación y restauración en La Habana es imprescindible mencionar a la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, que empezó con 30 jóvenes y hoy ya suman casi 600. Ellos –dijo Leal- han aprendido “muchas artes desaparecidas que de pronto recuperan vigencia, fortaleza y al mismo tiempo le dan a los jóvenes una reconciliación entre el deseo de la ciencia y la utilidad de las manos”.
El Historiador recalcó también que nada de esto sería posible sin el apoyo del Estado y de muchas organizaciones e instituciones de Cuba y de otras partes del mundo que extienden su mano solidaria en este noble esfuerzo que es la restauración integral del Centro Histórico habanero.“Nada de esto sería posible sin la unión de voluntades y de individualidades”
Asimismo, expuso los grandes desafíos que implica trabajar en una ciudad habitada, donde hay problemas de vivienda, de habitabilidad de esas viviendas, y también debemos construir en esa dirección.
De igual forma, destacó el papel del Colegio Universitario, el cual realizará en breve su primera graduación, “que constituye una verdadera escuela del patrimonio, de cultura, de paisajes, de lenguas y de cultura profunda”. Igualmente se refirió al proyecto sociocultural Rutas y Andares, que es una forma de promover y transmitir el patrimonio que se encuentra en el Centro Histórico.
En los finales de su intervención, el Dr. Eusebio Leal, volvió a agradecer a la nación y recordó los dos decretos-leyes que constituyen “dos lápidas para la historia del patrimonio mundial: el que firmó el Jefe de la Revolución en su momento, y el que contiene la firma de dos presidentes: del presidente Comandante en Jefe y del presidente General de Ejército, Raúl Castro. En ambos documentos se plantea el destino y el proceder para preservar el patrimonio cultural. Y en este acuerdo de la Red, se materializa también esa voluntad. No debemos apresurarnos, pero debemos trabajar como las hormigas, y lo hacemos, y transmitir ese sentimiento al interior del país, porque serán otras ciudades las que han de incorporarse”.
Por último, el Presidente de la Red Nacional de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales de Cuba, exhortó a trabajar a todos los organismos, las personas, las instituciones, porque hay mucho que hacer. “Ahora o nunca es nuestra oportunidad”, concluyó.
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