América y José Miguel
1 de febrero de 2013
|Le ha reclamado la historia a José Miguel Gómez. Hoy, es estudiado con luces presentes el contexto propiciatorio del alzamiento y represión del Partido de los Independientes de Color, suceso que aún hoy signa el período presidencial del caudillo villareño. Conocido a través de los años como “tiburón que se baña pero salpica”, tal parece que la corrupción y la malversación, señalarán también por siempre su gobierno y personalidad. Sin dudas, forma parte José Miguel de la estela de figuras aureoladas por su participación en las guerras por la independencia, luego partícipes del desplante republicano, que nos retorna, llenos de preguntas, al camino nunca demasiado trillado de la primera mitad del siglo XX cubano.
José Miguel Gómez Gómez, fue combatiente de las tres guerras y concluyó la contienda iniciada en 1895 con los grados de mayor general, otorgados el 24 de agosto de 1898. Líder indiscutible de Las Villas, luego de la muerte de Serafín Sánchez, ocurrida en 1896, este hombre, que transmitió al pueblo su aspecto campechano, de fácil accesibilidad aún en los salones del palacio presidencial – antiguo Palacio de los Capitanes Generales– nació en 1858 en una antigua y acomodada familia espirituana, propietaria de tierras y ganados, cuya fortuna no sufrió quebranto por la Guerra de los Diez Años. Sus estudios los inició con los jesuitas de su localidad y luego matriculó en el Instituto de La Habana; sin embargo, su vida estudiantil quedó trunca al tomar la decisión de partir en 1875, con diecisiete años, hacia el campo insurrecto. No obstante, su afán autodidacta le hizo poseer una gran instrucción, reconocida por sus contemporáneos.
El futuro presidente de Cuba entre 1909 y 1913, terminó la Guerra Grande con el grado de capitán cuando aún no había cumplido los veinte años. En los pocos meses que estuvo inactivo se reintegró a cargo de los negocios familiares, pero ya en diciembre de 1879 se alzó para participar en la Guerra Chiquita con los grados de comandante. Luego de algunas acciones en Sancti Spíritus y Cabaiguán, capituló a comienzos de 1880.
José Miguel se reincorporó a la causa independentista en los primeros días de septiembre de 1895 para pronto unirse al mayor general Serafín Sánchez. Carlos Roloff, mayor general, jefe del 4to Cuerpo, lo ascendió a teniente coronel. La misión asignada a él, con el objetivo de reagrupar los combatientes dispersos en Sancti Spíritus, fue cumplida con creces; con los hombres recuperados, conformó el regimiento de caballería Máximo Gómez, de la 1ra Brigada 1ra División –comandada por Serafín Sánchez- 4to Cuerpo. En febrero de 1896, recibió los grados de coronel por su conducta en el combate de Manajanabo; ese mismo año, fue designado jefe de la Brigada de Sancti Spíritus. Otras acciones en las que se destacó José Miguel son el combate de Manaquitas – bajo el mando de Serafín Sánchez–, el combate del Paso de las Damas, donde murió su jefe, y el segundo combate de Juan Criollo; además, hostigó y combatió a las columnas españolas que se movían en su territorio. Las tomas de los poblados El Jíbaro y Arroyo Blanco, constituyeron operaciones distinguibles de su campaña.
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