Acuerdo de La Habana: estratégico documento para la actuación en las ciudades patrimoniales
10 de junio de 2019
|Fotos: José Aniceto Pardo
El Acuerdo de La Habana resume una doctrina de actuación en las ciudades patrimoniales, es el fruto de la inteligencia colectiva construida a lo largo de los diez primeros encuentros internacionales sobre manejo y gestión de centros históricos y que fue nuevamente analizado en el recién celebrado Encuentro sobre Gestión de Ciudades Patrimoniales al que asistieron expertos de las ciudades históricas de Cuba y de otros países.
Integrante del panel de actualización del Acuerdo de La Habana, la historiadora del arte Yahima Esquivel, especialista de la Comisión Nacional Cubana de la Unesco del MINREX, resaltó el valor del documento que reconoce la singularidad del modelo de gestión del Centro Histórico de La Habana, el cual incluye soluciones creíbles y funcionales.
“Este documento tiene una singularidad y es que después de una experiencia hacemos un acuerdo para continuar de una manera efectiva. Valida en sí mismo la pertinencia de estos encuentros como espacio de intercambio y buenas prácticas que nos permite conocer lo que hacemos y cómo implementarlo en nuestros espacios, en nuestros contextos. Y eso tiene un valor simbólico en sí mismo que recaba un compromiso colectivo con un modelo de gestión que es, en sí mismo, la preservación del patrimonio como valor y principio universal”.
El Acuerdo de La Habana se distingue de otros instrumentos de su tipo porque imbrica teoría y práctica en sus planteamientos. Y acotó la experta: “Para mi sistematiza un modelo de gestión singular en un contexto internacional con amplia capacidad de flexibilización y adaptabilidad, identifica los retos, las oportunidades para caminar hacia ese modelo de gestión a partir de un intercambio participativo porque el acuerdo hace referencia a toda una experiencia acumulada, una gestión del conocimiento que se genera en estos espacios, y eso tiene un valor muy importante”.
Esquivel considera interesante, además, que el Acuerdo de La Habana “reconoce el papel articulador de la cooperación internacional y ya no vista desde la donación sino como espacio de retroalimentación en su sentido amplio, no el del recurso financiero, sino cómo la comunidad internacional coopera para lograr un objetivo común en función de la preservación del patrimonio, de la gestión de los sitios históricos”.
Con las opiniones expuestas en el encuentro celebrado en mayo último dicho instrumento de actuación en los centros históricos se actualizará y difundirá para que sea tenido en cuenta entre otras cartas, recomendaciones y declaraciones orientadoras de las labores de revitalización del patrimonio a nivel internacional.
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