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ZunZuneo: plataforma para la subversión

10 de abril de 2014

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Imagínese que un país poderoso crea desde terceros países una plataforma tipo Twitter para “enganchar” a jóvenes de un cuarto país, por demás vecino, pequeño y sometido al bloqueo financiero, económico y comercial más largo de la historia.
Agréguele que los destinatarios de ese plan no pueden saber el origen de esa red, ni mucho menos los propósitos aviesos que le animan. También que los gobiernos de aquellos terceros países, aliados por demás del poderoso, son ajenos al asunto y resultan vulnerados en sus propias leyes y soberanía.
Por ahí anda el programa ZunZuneo, que desde 2009 hasta el 2012 implementó el gobierno de Estados Unidos contra Cuba, de la mano de la Agencia de Ayuda Internacional (USAID), otra vez en evidencia en su papel de mano encubierta de la CIA, la Agencia de Seguridad Nacional y otras dependencias para la subversión.
Ya las revelaciones de Wikileaks y las hechas por Edgard Snowden confirman que Washington tiene la capacidad, y las usa, de construir potentes herramientas virtuales que transgreden  fronteras y legislaciones nacionales.
Que esas herramientas pueden ser direccionadas hacia sectores de la sociedad, que pretende ser parcelada, espiada y manipulada por intereses extranjeros.
Con Zunzuneo, además, no hay manera de poner bajo sospecha las plataformas para las redes sociales, que han sido utilizadas con similares propósitos antigubernamentales en Siria, Libia, Ucrania y Venezuela.
Las revelaciones sobre el programa secreto anticubano, más que una sorpresa confirma la invariable política de Washington contra la la nación caribeña, afirma el diplomático e investigador Jesús Arboleya
“No es nada nuevo, forma parte de la estrategia aplicada desde el triunfo de la Revolución”, sostuvo Arboleya, autor, entre otras obras del libro “El otro terrorismo: medio siglo de política de los Estados Unidos hacia Cuba”.

“Lo nuevo aquí es el uso de las tecnologías más avanzadas, en particular para las comunicaciones, con el propósito de desestabilizar al país y violar las leyes de Cuba”, consignó el también profesor titular del Instituto Superior de Relaciones Internacionales (ISRI).

Añadió que esa estrategia incluye el uso de todos los recursos para desacreditar gobiernos y crear una masa crítica opositora que “muchas veces no sabe a quien sirve ni a qué intereses representa”.

“Estos hechos confirman que dondequiera que haya un gobierno que no convenga a los intereses de los círculos de poder en Estados Unidos y algunos de sus aliados europeos, se convierte en blanco de las campañas subversivas”, expresó el presidente Raúl Castro el pasado 22 de febrero, al clausurar el XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba.

Arboleya considera que eso corrobora el papel protagónico del Departamento de Estado, la Agencia Internacional de Estados Unidos para el Desarrollo (Usaid) y el uso de empresas contratistas en el entramado para intentar derrocar a la Revolución cubana.

Al respecto opinó que las revelaciones de la AP sobre la red ZunZuneo resultan incriminatorias respecto a la misión que la Usaid encomendó al contratista estadounidense Alan Gross, detenido en Cuba en 2009 y condenado a 15 años de cárcel por introducir medios tecnológicos de comunicación al margen de la ley.

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