… y sin embargo
8 de junio de 2018
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Casi siempre que se menciona a la isla caribeña de Barbados, la imagen asociada a ella está muy distante de la palabra pobreza, y más cuando ocupa el lugar 42 de las naciones desarrolladas entre 169 escrutadas.
Sin embargo, no todo es feliz, por el contrario, al fracasar las promesas de diferentes gobernanzas para combatir la creciente desigualdad social, el hambre en amplias regiones del lugar, la extrema pobreza y el abandono de las cuestiones relacionadas con la salud que afecta a muchos de sus 290 000 habitantes.
Pifias gubernamentales, la expansión de la delincuencia y las visibles afectaciones a la juventud por ser parte o víctima del narcotráfico han llevado al deterioro de la calidad de vida de esta pequeña isla de 431 kilómetros cuadrados, lo cual permitió la aún reciente victoria arrolladora en las elecciones de Mia Mattley, del Partido Laborista de Barbados, quien se convirtió en la primera mujer que ocupa tan alto cargo allí.
Pero Mattley no ganó sólo por el voto de castigo al anterior régimen, sino porque, desde su profesión de abogada, no se limitó como algunos leguleyos –la inmensa mayoría– a defender espurios intereses de quienes más tienen, sino a víctimas del abuso y abandono..
Tan es así que, sin aspavientos, utilizando un estilo de sordina, informó al Fondo Monetario Internacional que suspendía el pago de la deuda externa, lo cual se reanudaría luego que pudiera enfrentar adecuadamente la enorme deuda heredada de 15 000 millones de dólares barbadenses, unos 6 000 millones de euros y más de 7 000 millones de dólares norteamericanos.
Conocimiento
Cada año en Barbados se recuerda el aniversario del atentado terrorista perpetrado por el imperialismo contra un avión de Cubana de Aviación, de ahí que, cuando la menciono o veo escrito el nombre de la isla, viene a mi mente el alevoso crimen, todavía impune.
Ya en aquel tiempo el lugar comenzaba a servir de escala para él envió de drogas de Colombia a Estados Unidos, la nación más consumidora del mundo, lo cual no fue combatido por los regímenes de turno.
Mottley ha afirmado que ello no podrá seguir sucediendo, si se quiere atender a la abandonada masa juvenil que ha perdido su empleo, o nunca lo ha tenido, además de haber abandonado estudios.
La cuestión se agrava porque está nación tiene una enorme densidad demográfica. El 90% de sus habitantes tienen descendencia africana, el 4%% son europeos, el 6% asiáticos y multirracial.
Geológicamente, está asociada con las islas de Tobago, Trinidad, Margarita y otras ubicadas al extremo norte de Suramérica, antes que con San Vicente, que le es más próxima.
Es una isla, repito, de 431 kilómetros (166 millas cuadradas), de 34 kilómetros de largo y 23 kilómetros de ancho, con un borde costero de 97 kilómetros (60 millas). Por su área, Barbados puede compararse con Andorra. Bridgetown, la capital, está situada en un puerto natural en la costa suroeste de la isla.
Su geomorfología se caracteriza por el escaso relieve y la presencia de suaves laderas hacia la región central, más elevada, donde se encuentra el punto más alto del país, el Monte Hillaby, de 336 metros. También destaca en la isla el cabo rocoso conocido como Pico Tenerife, el cual recibe su nombre por el hecho de que la isla de Tenerife en España es la primera tierra al oriente de Barbados según la creencia de los lugareños.
Creí necesario traer estos datos elementales del pequeño lugar, sin referirnos a la historia, porque, al parecer, la actual primera ministra, Mia Mattley, está dispuesta a llevarlo a los primeros planos en lo que concierne a la mejoría de la calidad de vida de todos sus habitantes, sin excepción y sin sacrificar soberanía.
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