Y quién indemniza a los palestinos?
2 de marzo de 2015
|A estas alturas, nadie en el mundo duda ya de que Estados Unidos es un país de características muy específicas y particulares, como consecuencia tal vez de que sus clases dominantes están imbuidas realmente de la creencia de excepcionalidad, omnipresencia y mandato divino que dicen haber recibido para conducir al resto de la humanidad que, además, debe quedarles humildemente agradecida.
Es que en aquel escenario cada día más complejo, contradictorio e imprevisible ocurren sucesos que aunque de muy distinta naturaleza unos de otros, están unidos sin embargo por conductas y maneras de reaccionar bastante comunes, aparentemente hijas de un cultivo bien dosificado y convenientemente vinculado para lograr los objetivos perseguidos por los poderes de ese Imperio, tanto dentro como fuera de sus fronteras.
En todo eso pensamos cuando hace pocos días tuvimos la posibilidad de acceder a una noticia insólita, -que no fue tan divulgada con la habitual fanfarria que rodea a los sucesos que al Imperio interesa resaltar,- pero nos hizo reflexionar lo suficiente, al menos para traerlo a estas páginas y no dejar pasar una ocasión como esta, que puede ser expresión del mundo de locura e incoherencia en que los poderes hegemónicos suelen caer cuando se adentran en su decadencia.
Resulta que, según fue recogido por la prensa, un jurado estadounidense de la ciudad de Nueva York aprobó un millonario pedido de indemnización contra la Autoridad Nacional Palestina para supuestas víctimas de ese país, caídos durante ataques presumiblemente realizados por palestinos en territorio israelí..
Como ocurre habitualmente en Estados Unidos, no hay que ser muy sagaz para descubrir que detrás de la millonaria solicitud debe encontrarse un buen número de voraces abogados sin escrúpulos que añoran una tajada de tal reclamación, impulsan a los reclamantes y reciben asesoría del régimen israelí, siempre presto a sacar partido a este tipo de engendro jurídico, que surge, .no por casualidad,- en momentos en que la Autoridad Nacional Palestina se acerca a tener su escaño en la ONU, con amplio reconocimiento en otros organismos internacionales, parlamentos y gobiernos.
Es el caso típico y muy conocido del ladrón que grita ¡al ladrón!, con el propósito premeditado de desviar la atención sobre el verdadero culpable de la fechoría. La decisión de citado jurado neoyorquino mueve, simultáneamente, a indignación y a risa.
Si se fueran a acumular las indemnizaciones que el régimen israelí debería desembolsar para compensar totalmente a las víctimas palestinas y a los incalculables daños morales y materiales causados al pueblo palestino desde la Guerra de Ocupación de 1948, seguramente no alcanzaría todo el capital judío internacional para sufragar siquiera en parte esa cantidad inconmensurable, manchada de sabgre y salpicada de crímenes, agresiones y masacres.
En fin, es otro suceso insólito que tiene lugar en Estados Unidos donde seguramente también muchos se preguntarán ¿Y quién indemniza a los palestinos?
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