Vacunas: Política y negocios
25 de febrero de 2021
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Podré creer cualquier cosa cuando se trate de la actuación de un gobierno como el israelí, con sus manos manchadas de sangre y que ha marchado siempre a la par con los peores gobernantes de Estados Unidos.
No por gusto el premier Benjamín Netanyahu fue tan admirador de Donald Trump y, a la vez, tan admirado por el magnate que ocupó la Casa Blanca los últimos cuatro años.
No es de extrañar entonces que el gobierno de Tel Aviv exhiba como medida «humanitaria» que haya decidido donar vacunas contra la Covid-19 a aquellos países que han decidido abrir sus embajadas en Jerusalén, en violación de las resoluciones de la ONU y un acto que ha recibido la condena de la comunidad internacional.
De acuerdo con el diario israelí The Jerusalem Post, el gobierno sionista hará donaciones de la vacuna a naciones como Guatemala, Honduras y la República Checa, que ya abrieron embajadas en Jerusalén, o han accedido a ampliar próximamente su presencia diplomática en los territorios palestinos ocupados desde 1967.
En declaraciones del primer ministro Benjamín Netanyahu esta misma semana, Israel entregará 10 000 dosis a esos países.
Si no fuera por la situación con la Covid-19 en el mundo, se podría considerar una humillación doble, la de hacerlo a cambio de una violación de las resoluciones de la ONU, o sea, de la instalación de embajadas en Jerusalén, y por tratarse de la ínfima cifra de 10 000 vacunas, lo que equivale a no favorecer a la inmensa mayoría de las poblaciones que necesitan inmunizarse.
Otro hecho que muestra cómo actúa el gobierno de Netanyahu, es que haya excluido al pueblo palestino de la Franja de Gaza y Cisjordania de su plan de vacunación masiva, además de no permitir la entrega de la vacuna rusa Sputnik V a la población palestina que tanto la necesita.
Por su parte, el gobierno palestino ha denunciado que la decisión israelí de bloquear la vacuna contra la enfermedad constituye una violación del derecho internacional, más cuando la pandemia ya deja 1 942 palestinos fallecidos por la Covid-19.
Esas acciones israelíes son expresión del peor racismo y genocidio de estos tiempos.
En otro escenario, países latinoamericanos se enfrentan a la cruda realidad del uso de las vacunas como negocio.
Una publicación de la organización periodística The Bureau of Investigative Journalism (TBIJ), en conjunto con el medio peruano Ojo Público, revela que Pfizer, la farmacéutica multinacional con sede en EE.UU., impuso condiciones abusivas a países de Latinoamérica al momento de negociar millonarias compras de vacunas contra la covid-19.
La investigación sostiene que la empresa productora de Pfizer, exige a los gobiernos de América Latina que opten por adquirirlas, que coloquen como forma de garantía activos soberanos, incluyendo propiedades públicas, como embajadas, o reservas de bancos federales. Esto, como resguardo ante eventuales demandas por posibles resultados adversos tras la aplicación de las dosis. Frente a ello, una fuente anónima calificó la postura de Pfizer como una «intimidación de alto nivel».
La propia fuente refleja que esa empresa estadounidense espera vender este año vacunas contra el coronavirus por un valor total de 15 000 millones de dólares.
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