Usura imperialista
6 de abril de 2021
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El visto bueno oficial a las finanzas basadas en la especulación agrava la situación de la mayoría de los países endeudados, tal como pasó hace algunos años en Argentina con los denominados Fondos Buitres, que compran tales deudas para después cobrarlas a precios excesivamente elevados.
El entonces gobierno de Cristina Fernández se negó a pagar tal abusiva e inflada deuda –avalada, subrayo, por la “justicia” estadounidense–, pero su sucesor, Mauricio Macri, sí lo hizo, para luego tratar de justificar por qué tuvo que pedir un préstamo de 44 000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional.
En este contexto, surgen explicaciones sobre la crisis mundial del 2007, nacida en Estados Unidos, pero que tuvo consecuencias más graves en el resto del mundo.
Asimismo, dio pie a una desregulación financiera de la banca, es decir, la eliminación a medidas regulatorias para evitar tal crisis, que en EE.UU. sólo provoco la caída de Lehman Brothers, pero sucesivamente ayudó a elevar el caudal monetario del sector, con la complicidad de la banca norteamericana.
Libros y artículos, todos de especialistas estadounidenses, coinciden en afirmar que tal crisis estuvo preparada, y en tal conspiración participaron activamente dirigentes de las norteamericanas Goldman Sachs, Merrill Lynch, Bank of America, Citibank y Chase Manhattan Bank, y personajes responsables de las agencias reguladoras de la banca del gobierno federal de Estados Unidos, como Larry Summers y Timothy Geithner, todo con el objetivo de conseguir la desregulación del capital financiero en EE.UU. y también en el mundo.
COMIENZO
El primer paso fue la desregulación en EE.UU. a base de eliminar la Ley Glass-Stewagall, aprobada en 1933 por la Administración Roosevelt, que claramente diferenciaba la Banca Comercial de la de Inversiones, un punto clave para proteger a la mayoría de ahorradores y depositantes en la banca frente a la especulación.
La Administración Clinton, como resultado de la presión de Wall Street, el centro financiero norteamericano, eliminó la ley, y con ello provocó el mencionado colapso de Lehman Brothers.
El otro paso que se consiguió fue la desregulación de la banca a nivel mundial, y para ello las presiones de Estados Unidos hicieron que la 0rganización Mundial de Comercio eliminara la regulación de las inversiones bancarias, incluyendo las especulativas.
Pero no todo fue color de rosa, porque el 40% de los bancos en el mundo son públicos, la mayoría de los cuales estaban en los países del BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) y musulmanes, donde la usura es, no sólo un pecado, sino también un acto criminal, lo cual dificulta las políticas financieras de carácter especulativo.
Estos factores, destaco, han protegido a estas naciones frente a la especulación financiera y han sido menos afectados por la crisis a nivel mundial.
Países que resistieron fuertemente esta especulación fueron declarados “enemigos de Estados Unidos” por el general Wesley Clark, cuando era jefe de las fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en el 2007, recuerda la publicación progresista Democracy Now.
Esos países que decía Clark eran islámicos: Iraq, Siria, El Líbano, Libia, Somalia, Sudán e Irán. Pero lo que era “peor”: tampoco pertenecían al Bank for International Settlements en Suiza, la organización que supervisa los bancos a nivel mundial.
Por ello, Estados Unidos ha intentado, y a veces conseguido, que algunas de esas naciones cambien sus gobiernos.
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