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Única opción: luchar contra la limpieza étnica en Palestina

24 de agosto de 2022

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Algunos socios europeos de Israel han protestado tímidamente ante el actual quehacer del régimen sionista de destruir las sedes de seis entidades palestinas de defensa de los derechos humanos –independientes de Hamás y otros grupos de combate–, mientras callan ante los constantes bombardeos contra la Franja de Gaza, causantes por estos días de más de un centenar de muertos, entre ellos 27 niños.

Se intensifica la persecución, captura y asesinatos de palestinos en Cisjordania, en tanto la aviación de Tel Aviv bombardea y hunde embarcaciones pesqueras, incursiona en El Líbano y Siria y ataca a combatientes en el territorio ocupado del Golán sirio.

Ello no disminuye la preocupación sionista ante incursiones de independistas palestinos y lanzamientos de cohetes contra Tel Aviv y otras ciudades israelíes, algo que no ha ´podido frenar, a prestar de la violenta represalia contra un pueblo al que trata de hacer desaparecer.

Como siempre, la comunidad ntermnaconal guarda silencio y si acaso hay alguna que otra protesta contra las incursiones a los lugares sagrados del islam y la destrucción de viviendas palestinas en Jerusalén.

Y es que la llamada punta de lanza de Estados Unidos en el Medio Obtener, a pesar de su poder militar, no ha podido doblegar a un pueblo que resiste, a pesar del peligro de ser exterminado y enfrenta a grupos que se han fortalecido militarmente, como Hamás y, principalmente, Hizhbullah libanes, que lo ha derrotado en varias ocasiones.

Israel no se resigna a vivir en paz con los palestinos, y que en ese lugar convivan dos estados.

 

DESCOLONIZACIÓN PENDIENTE

Resulta difícil comprender las causas del conflicto, si no consideramos que Palestina representa un territorio cuya descolonización aún está pendiente.

Es el único caso del sistema internacional que se ha mantenido en esa condición, ya que el proceso de descolonización de países africanos y asiáticos vino a concluir en la década de los setenta del siglo veinte. ¿Por qué Palestina ha sido marginada del derecho consagrado de autodeterminación de los pueblos respecto de las potencias colonizadoras?

La respuesta, en términos generales, tiene que ver con la decisión del Reino Unido, encargado de su administración después de la Primera Guerra Mundial, de modificar el statu quo de la población nativa u originaria, es decir los palestinos.

Esta es la base central para comprender los 74 años de conflicto, es decir desde la creación oficial del Estado de Israel (15 de mayo de 1948). Desde entonces se ha dado curso a la limpieza étnica de los territorios palestinos, ya que el objetivo político de Israel es tener un Estado judío, por tanto, era absolutamente necesario erradicar (a como diera lugar) a la población árabe nativa.

Por ello, las masacres, desplazamientos forzados, apartheid, etc. Todos los crímenes de lesa humanidad que comete Israel se dan en el contexto de la creación de su Estado, el cual aún no alcanza las dimensiones que sus conductores pretenden, es decir, ocupar todo el territorio que antes había pertenecido a los palestinos, con especial atención ahora en Cisjordania.

El rasgo de estar frente a un Estado confesional, con claras raíces racistas, tras una ideología excluyente como el sionismo, ha significado que las negociaciones sean inviables, ya que mientras Israel tenga superioridad militar y dicha ideología se mantenga vigente en relación a la mayoría de los habitantes, ese Estado no estará dispuesto a compartir su territorio con árabes o con personas de otras religiones, por la amenaza demográfica que esto significaría para la superioridad numérica judía.

Es decir, ello es lo que hace inviable, hasta hoy, la creación de un Estado binacional. Por otro lado, como los sionistas consideran que su proyecto estatal está inconcluso y siguen edificando asentamientos (política de Estado en Israel) y desplazando a los palestinos o arrebatándoles su tierra, no hay forma de negociar fronteras, ya que están en pleno proceso de expansión y no se observa un poder real que pueda coaccionarlos para que respeten la legislación internacional, es decir, las resoluciones de Naciones Unidas.

Esto, de alguna manera, refuerza las causas primeras del conflicto, ya que Israel siempre ha tenido argumentos para no negociar y ha trabajado o se ha aliado siempre con la potencia de turno (primero Reino Unido y Francia; luego Estados Unidos), por lo cual, desde el realismo político, ha sido imposible condicionar su política de Estado, a pesar de que no respeta el Derecho Internacional, ni el Derecho Internacional humanitario, ni tampoco los derechos humanos. Israel todo lo fundamenta en razón de su seguridad nacional o espacio vital.

Recordemos que, en 1967, tras la guerra de los seis días, Israel se anexó la totalidad del territorio de Palestina, incluida Jerusalén Oriental, que desde la década del ochenta (1981) considera unilateralmente como su capital única e indivisible, sin acatar el Derecho Internacional vigente, que tras las resoluciones 242 de 1967 y 338 de 1973 han reclamado la evacuación de los territorios ocupados.

En ese contexto, Israel propició los asentamientos judíos en Cisjordania y Gaza, los que a su vez también le valieron condenas de Naciones Unidas. El único argumento esgrimido por el sionismo para desarrollar esta expansión y colonización a costa de territorio palestino, han sido títulos basados en textos del Antiguo Testamento de la Biblia, que el Derecho Internacional no reconoce.

En definitiva, estamos frente a la imposibilidad de que pueblo palestino pueda ejercer su derecho a vivir en forma libre y soberana en su propia tierra, siendo tratado como una raza inferior dentro del Estado de Israel (se ha institucionalizado un apartheid), en donde se establecen normas discriminatorias para los no judíos, mientras los palestinos en Cisjordania viven bajo ocupación, en verdaderos bantustanes, desde los acuerdos de Oslo (1993).

El resto vive en el virtual campo de concentración de Gaza, luego de que Ariel Sharon erradicara a la fuerza a los colonos ortodoxos fundamentalistas que tenían asentamientos allí. Podría afirmarse con propiedad, que en Gaza se ha creado la prisión de mayor extensión en el mundo.

En efecto, aproximadamente el 90% de la población residente en la Franja de Gaza está constituida por refugiados, es decir un millón y medio de personas están prisioneros en 300 kilómetros cuadrados por el solo hecho de ser palestinos. Allí Israel controla los accesos terrestres, el espacio aéreo y marítimo.

Frente a este sombrío y desesperanzador panorama, cabe preguntarse acerca de qué alternativas tienen disponibles los palestinos para lograr su liberación nacional, puesto que, además, por el lado de las conversaciones que se desarrollan, con interrupciones, Israel jamás ha negociado de buena fe.

Prueba de esto es que, en conocimiento de que el total del territorio de la Cisjordania es una meta entrañable para los palestinos, desde el comienzo de las negociaciones y hasta hoy, ha mantenido invariablemente su política de ampliación de los asentamientos judíos en dicho territorio. Y aún más, ha construido el muro del apartheid, que expropia más territorio palestino y le hace la vida imposible a ese pueblo.

Ante todo, esto, no es extraño que surjan movimientos que empleen la lucha armada para la sobrevivencia del pueblo palestino y el combate a los genocidas sionistas.

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