Un asesor de seguridad con antecedentes penales
28 de marzo de 2018
|
Como consecuencia de las turbulencias internas que sacuden a la Casa Blanca de la Administración Trump, una de las más espectaculares sustituciones –al menos hasta ahora– ha sido la del secretario de Estado Rex Tillerson, fulminado vía Twitter y de la manera más abrupta por el mandatario estadounidense.
No menos espectacular fue la designación del nuevo Asesor de Seguridad Nacional: el ex embajador de Estados Unidos en Naciones Unidas John Bolton, cuya proximidad ideológica con el actual presidente de la nación imperial es notoria y es subrayada por los diversos medios de comunicación, no está claro si para favorecerlo o –por el contrario– descartar desde ahora al personaje designado.
No es posible olvidar que mientras se desempeñó como representante del régimen genocida de Bush hijo ante la ONU, llegó a proponer la salida de Estados Unidos de esa organización mundial a la que no dudó en calificar como inútil y obsoleta. Bolton nunca fue confirmado por el Senado en ese cargo.
Pudiera insertarse con honores en el salón de la fama de los grandes mentirosos de la diplomacia universal cuando sostuvo y aseguró que el Irak de Saddam Hussein poseía “armas de destrucción masiva” ante la mirada impávida de los representantes de las naciones del mundo y contra la información suministrada por la misión observadora de la propia ONU en contrario. No sería justo ignorar que junto a él mintieron también de manera desvergonzada sus colegas de la Administración Bush, Colin Powel y Donald Rumsfeld: un eje del mal.
Ellos lanzaron, sin siquiera la anuencia del Consejo de Seguridad, la criminal agresión contra el pueblo iraquí que pagó el alto precio de cientos de miles de víctimas inocentes y una absoluta destrucción material que privó a esa población de los más elementales servicios como hospitales y escuelas de todo tipo. De este modo, una próspera nación del Tercer Mundo resultó devastada y aún lucha hoy por recuperarse.
Ellos son los responsables de toda la sangre derramada y la destrucción provocada como paso inicial a la tragedia que cubre a los pueblos del Medio Oriente, de Siria, de Libia, de Yemen… Todos tienen antecedentes penales de la peor calificación.
El recién designado deberá buscar ahora la confirmación del Senado, en primer término del Comité de Relaciones Exteriores, y hay ya diversos legisladores mostrando su preocupación y considerando que Bolton es “la persona equivocada” para ocupar un cargo al que deben caracterizar la prudencia, el buen juicio y una valoración serena y culta de los acontecimientos mundiales.
Varios senadores han expresado su preocupación y disgusto acerca del nombramiento, como Brian Schatz (Hawai); Elizabeth Warren (Massachusets); Jeff Merkley (Oregón) y Jeanne Shaheen (New Hampshire).
Aunque disfrute del voto mayoritario republicano, todo indica que no será fácil para Bolton la aprobación senatorial cuando salgan a relucir los numerosos desplantes y falsedades que acumula en su vida “diplomática”, a las que se añadieron acusaciones de abuso de poder con sus subordinados.
Comentarios