¿Ultra internacional?
17 de diciembre de 2018
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Luego del malsano aliento de que mediante las poco concurridas elecciones en la región autónoma de Andalucía la extrema derecha haya llegado por primera vez a un Parlamento español, el ex asesor de Donald Trump sigue su periplo por Europa, donde está intentando tejer una internacional ultraderechista que comprenda desde la francesa Le Pen hasta el húngaro Orban, pasando por el italiano Salvini.
La vista del enviado está puesta en las venideras elecciones europeas de mayo, con el fin de constituir un grupo potente que ya tiene ventaja al ir desplazando a fuerzas de izquierda y progresista en general que cometen el error de desenvolverse a nivel local y no ejercen una necesaria solidaridad en la arena internacional.
Bannon no se ha limitado a ponderar a Voz, el grupo neofascista antiinmigrante que ha entrado por la puerta ancha en el Parlamento de Andalucía, sino que también corteja a Pablo Casado, ahora cabeza del opositor Partido Popular (PP), golpeado por la corrupción de sus ex líderes, cuyas acciones se mueven más acordes con los ultras, con quienes pueden aliarse y, junto a Ciudadanos, lograr la mayoría legislativa que haga la vida imposible al muy golpeado Partido Socialista Obrero Español.
En sentido general, la extrema derecha europea tiene su punto de mira en la migración, a la que “sataniza” ante unas masas golpeadas por el actual sistema, al tiempo que se arma ideológicamente, principalmente en Francia, donde la sobrina de Marine Le Pen, Marion Marechal, abrió una escuela superior para formar líderes políticos y empresariales.
“Italia es el centro del universo político”, afirmaba recientemente Steve Bannon en una entrevista en Político, mostrando su admiración por el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, quien ya ha aceptado entrar en The Movement, el club de extrema derecha con base en Bruselas, que está formando el ex asesor de Trump.
Su mano derecha en la operación, el abogado belga y fundador y presidente del Parti Populaire, Mischael Modrikamen, reconoce que se han fijado en el nuevo líder del PP: “Hay mucha gente que son más mayoritarios y que no están tan lejos de nuestras convicciones, como Sebastian Kurz, (el canciller austriaco) y también Pablo Casado en España”, afirmó en relación a quien llegó a lo más alto del PP, reivindicándose como la encarnación de las esencias conservadoras y heredero directo de José María Aznar.
Bannon y Modrikamen se han visto con Salvini y con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y también se reunieron con la extrema derecha danesa y finlandesa.
Con el británico Nigel Farage, de UKIP, y Francia tienen una relación fluida previa, tanto con Marine Le Pen como con su sobrina, Marion Maréchal, quien, como mencionamos, dirige una escuela superior para formar líderes políticos y empresariales, en la que participa Raheem Kassam, antiguo editor de Breitbart, el medio de extrema derecha previamente dirigido por Bannon.
“Ha habido un Brexit, está Trump, la insurgencia populista es mundial, el movimiento va a ser mundial y debemos organizarlo mundialmente”, sostiene Modrikamen, quien aspira con Bannon a convertir The Movement en una “infraestructura de victoria”, con encuestas, análisis de datos y de objetivos, para facilitar “formación para las situaciones de crisis y de respuesta rápida”, e incluso unir a “populistas de derechas y de izquierdas, como ha pasado en Italia con Salvini y Di Maio”.
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