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Ucrania y la estrategia rusa

5 de abril de 2021

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Occidente ha apostado por Ucrania en sus planes desestabilizadores contra Rusia.
Las motivaciones no son nuevas, más bien repiten conceptos y supuestos motivos de hace muchos años.
Ya la nación ucraniana ha sido convertida en pieza clave para los fines geopolíticos de Washington. La OTAN ha movido sus tropas hasta muy cerca de la frontera rusa y se sigue incentivando en Kiev la confrontación militar y la política anti rusa.
Esta semana, el actual secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, reafirmó «el inquebrantable apoyo del gobierno de Biden, al gobierno de Ucrania» y calificó de «agresión rusa» el conflicto creado por Kiev en la región de Donbás.
En este contexto, el ministro de Defensa ucraniano, Andréi Tartán, recibió de su colega estadounidense, Lloyd Austin, la promesa de que EEUU «no dejará sola a Ucrania en el supuesto de una escalada de las tensiones con Rusia».
Moscú ha respondido a estas provocaciones de Washington y Kiev, a través del portavoz de la presidencia de Rusia, Dimitri Peskov, quien advirtió que su gobierno tomaría todas las «medidas que hagan falta para garantizar la seguridad del país », informó el sitio Sputnik.
Vale recordar que Ucrania lleva a cabo una permanente operación militar contra las milicias en Donbás, donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento golpe de estado realizado a instancias de Occidente y que ya ha dejado más de 13 000 ucranianos muertos, de acuerdo con datos suministrados por la ONU.
Adicional a este ambiente interno de guerra, la OTAN ha movido grandes medios militares y soldados hacia Polonia y otros estados fronterizos, en claro desafío a Rusia.
Vladimir Putin, por su parte, ha fortalecido todos los posibles frentes de confrontación, tanto en relación con Ucrania, como en otras áreas que hoy tiene presencia de la Alianza Atlántica, y encamina su política de distensión, basada en la no injerencia foránea en el conflicto ucraniano.
A su vez, este 2 de abril el gobierno ruso recordó los 25 años de la firma del Tratado para la creación de una Comunidad entre Rusia y Bielorrusia, que luego se ha convertido —según fuentes de Moscú— en «una unión entre dos países hermanos».
Se recuerda, así mismo, que Rusia y Bielorrusia comparten muchas cosas: tienen una historia común, la mayoría absoluta de los bielorrusos hablan el idioma ruso y, además, ambos países tienen intereses estratégicos parecidos en la escena internacional.
Se argumenta en la conformación de la unidad entre ambos países, sobre la importancia del mercado de energía y gas.
Hoy en día Bielorrusia compra el gas ruso con un gran descuento: 127 dólares por 1 000 metros cúbicos, lo que equivale a que en una década Bielorrusia se ahorró unos 20 000 millones de dólares gracias a estos descuentos. Es uno de los beneficios clave de la integración profunda entre Moscú y Minsk. En el futuro es posible que el precio sea reducido aún más, precisó el sitio Sputnik.

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