Trump y el Día de la Tierra
23 de abril de 2019
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Tal parecía que el Día de la Tierra iba a pasar inadvertido en Estados Unidos. Pero un presidente que rompe con todos los esquemas de la civilización y se lanza con todas sus fuerzas contra las más racionales metas para que el mundo viva en paz, cuide su habitad geográfico y respete normas y reglas internacionales, usó el tuit para bendecir la economía de mercado e ignorar los efectos del cambio climático.
Se trata de Donald Trump, el mismo que rompió con los acuerdos de la Cumbre de París sobre Cambio Climático; el que estremece los cimientos de su país con la perforación petrolera usando el método de inyección de agua a presión, fracking (fractura hidráulica), y contaminando ríos, suelos y todo el entorno de donde se extrae el gas.
Al respecto, vale recordar una Reflexión de Fidel, del 5 de enero del 2012, que titulaba “La marcha hacia el abismo”, con argumentos convincentes y advertencias relacionadas con el peligro de la expansión de ese tipo de método de extracción.
Citaba el líder histórico de la Revolución Cubana un despacho noticioso de la agencia italiana IPS, donde se leía: “…la explotación de una plataforma con seis pozos puede consumir 170 000 metros cúbicos de agua e incluso provocar efectos dañinos como influir en movimientos sísmicos, contaminar aguas subterráneas y superficiales, y afectar el paisaje”.
El propio texto explicaba que “para extraer el gas de esquisto de las lutitas se apela a un método bautizado como fracking (fractura hidráulica), con la inyección de grandes cantidades de agua más arenas y aditivos químicos. La huella de carbono (proporción de dióxido de carbono que libera a la atmósfera) es mucho mayor que la generada con la producción de gas convencional”.
Y continuaba: “ Como se trata de bombardear capas de la corteza terrestre con agua y otras sustancias, se incrementa el riesgo de dañar subsuelo, suelos, capas hídricas subterráneas y superficiales, el paisaje y las vías de comunicación si las instalaciones para extraer y transportar la nueva riqueza presentan defectos o errores de manejo”.
Baste señalar que entre las numerosas sustancias químicas que se inyectan con el agua para extraer este gas se encuentran el benceno y el tolueno, que son sustancias terriblemente cancerígenas.
Hoy día, el afán norteamericano de convertirse en un gran país petrolero, incluso de autoabastecerse, ha masificado las áreas de extracción del esquisto. A fin de cuentas, al magante- presidente poco o nada le importan las manifestaciones de los habitantes afectados por esa dañina práctica.
Por eso y mucho más, qué Día de la Tierra puede celebrar un país gobernado por una persona para quien lo único que tiene valor es el dinero, no el ser humano.
No obstante, supo mentir este Día, cuando escribió en su tuit que la calidad del aire y el agua en Estados Unidos es de las más altas del mundo.
Caso omiso ha hecho el mandatario norteamericano, al contenido de un informe publicado a fines de año por varias agencias federales estadounidenses, en el que se asegura que “el cambio climático representa una seria amenaza para Estados Unidos, y que está empeorando rápidamente”.
Más dramático aún es conocer de la posición de Donald Trump respecto al cambio climático, cuando un Panel Intergubernamental de las Naciones Unidas ha advertido que “al mundo solo le quedan 12 años para limitar una catástrofe climática”.
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