Trump… y el Ártico en la mirilla
17 de enero de 2025
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El argumento, no pudo tener más coincidencias con las pretensiones colonialistas de Estados Unidos y su nuevo presidente, Donald Trump: «Dinamarca debería renunciar a Groenlandia en favor de Estados Unidos, para garantizar la protección del mundo libre».
Y, luego de la propuesta, vino la amenaza: «de no ser así, impondremos aranceles a un nivel mucho más alto», a la vez que no descartó el uso de la fuerza militar para lograr el objetivo.
Pero, lo que está claro es que el interés estadounidense por apoderarse de esa Isla, va mucho más lejos, se trata de dominar, desde todos los puntos de vista al Ártico, un área que comparten Rusia, Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, entre otros.
No se trata ya de un gran macizo de hielo, con condiciones de vida adversas, pero belleza extraordinaria, sino que su valor mayor está en lo que se esconde debajo de esa masa helada: recursos naturales, minerales críticos, mucho petróleo y gas, entre otros.
De acuerdo con reportes de la agencia RT, el dorsal de Lomonósov, que se extiende por el fondo del Océano Ártico, desde las islas rusas de Nueva Siberia hasta Canadá y Groenlandia, es una de las zonas más ricas en reservas de hidrocarburos: el volumen total de recursos de petróleo y gas en la zona puede alcanzar los 5 000 millones de toneladas de combustible.
En opinión de algunos expertos, esto podría explicar el deseo del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, de hacerse con dos territorios árticos bastante amplios: Canadá y Groenlandia, la isla más grande del mundo, bajo jurisdicción especial de Dinamarca, pero que disfruta de una amplia autonomía. Está mayormente cubierta de hielo y sólo tiene algo más de 57 000 habitantes.
La ambición mostrada por Trump para comprarla, fue definida por el congresista Mike Waltz, futuro asesor de Seguridad Nacional de EE.UU, quien argumentó que «no se trata solo de Groenlandia, sino del Ártico».
Al respecto dijo que «Rusia trata de convertirse en el rey del Ártico, con más de 60 rompehielos, algunos de ellos propulsados por energía nuclear», y agregó que EE.UU. tiene «dos, y uno acaba de incendiarse».
De Acuerdo con la Sociedad Geográfica Rusa, Canadá fue el primero en iniciar la producción comercial de petróleo en el Ártico en 1920. En los años 1960, la exploración geológica soviética descubrió enormes yacimientos de hidrocarburos en el distrito autónomo de Yamalo-Nénets. En total, se han encontrado más de 400 yacimientos terrestres de petróleo y gas por encima del Círculo Polar Ártico: 60 están en fase de desarrollo y 40 de ellos pertenecen al sector ruso.
Un dato muy significativo que puede despertar el interés de Washington, es el referido a que la zona posee el 13% de las reservas mundiales de petróleo por descubrir y hasta el 30 % de las de gas.
Otro elemento calculado dentro de la geopolítica mundial, es su uso comercial como Ruta Marítima del Norte, en mares donde el deshielo se acelera con los efectos del cambio climático.
En este sentido, también es preocupante para Estados Unidos, el interés de China por el uso de la Ruta Marítima del Norte, como principal expedidor y receptor de mercancías transportadas por mar.
Es por ello que Moscú y Pekín acordaron promover esa zona como importante corredor de transporte internacional.
Un elemento adicional de mucha importancia se refiere a la presencia militar de la OTAN en dicha región.
Al respecto, Estados Unidos aumentó en 2022 su presencia militar en el área, y en junio de 2023 se realizaron ejercicios militares a gran escala, con participación activa de la OTAN, del que formaron parte 150 aviones y 3 000 soldados de infantería. En febrero de 2024, 8 000 militares estadounidenses y de sus socios se entrenaron en Alaska para adaptarse a las duras condiciones árticas.
Además, la OTAN tiene previsto crear en el norte de Noruega, un centro de operaciones anfibias.
No puede descartarse para nada, el interés estratégico de Estados Unidos para apoderarse de Groenlandia, donde ya tiene una base aérea y un sistema de alerta temprana de misiles balísticos, ya que la ruta más corta de Europa a Norteamérica pasa por la isla ártica. Los militares estadounidenses mantienen una presencia permanente en la base aérea de Pituffik, en el noroeste de la isla.
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