Trump, Conte y el fascismo
13 de agosto de 2018
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Algunos se preguntan el porqué el fascismo está regresando a Europa, cuando también debían hacerlo sobre si el actual mandatario norteamericano, Donald Trump, está limpiando el camino de obstáculos para que se expanda en Estados Unidos.
Cuando el neofascista premier italiano, Giuseppe Conte, y Trump se reunieron recientemente en la Casa Blanca expusieron los puntos de vista que los unen fuertemente a ambos, concordando en el tema de la inmigración, en el que la inhumanidad de sus respectivas gobernanzas está más patente.
Creo que a ningún visitante extranjero Trump le dedicó tantos elogios como a Conte no sólo por compartir sus pareceres sobre inmigración, sino por el acercamiento de posiciones acerca de las sanciones que EE.UU. está aplicando a diestra y siniestra contra Irán y Rusia.
“Estoy muy de acuerdo con lo que usted está haciendo con respecto a la inmigración ilegal, e incluso a la inmigración legal”, dijo el Presidente estadounidense, después de asegurar que era un gran honor recibir al Primer Ministro y de afirmar que se habían hecho amigos durante la cumbre del G7.
“Italia ha sentado una posición muy firme sobre las fronteras, una toma de posición que pocos países han hecho. Y, francamente, está haciendo lo correcto, en mi opinión. Muchos otros países de Europa deberían seguir el ejemplo”, continuó Trump. El gobierno de Conte cerró los puertos de Italia a los inmigrantes y rechazó varios barcos con refugiados rescatados en el mar, amenazando el futuro de esas operaciones de ayuda. El estadounidense, por su parte, aplicó una política fronteriza que llamó de “tolerancia cero”, entre mayo y junio, lo que provocó que cientos de menores fueran separados de sus padres al ingresar desde México sin documentos.
El jefe del gobierno italiano evaluó también positivamente su encuentro con Trump y calificó a sus conversaciones como fructíferas. Además, el abogado expresó, según dijo, su envidia por la economía estadounidense bajo el mando del republicano, y alabó a su anfitrión describiéndolo como un gran negociador.
Conte busca reformar el Reglamento de Dublín, una norma de la Unión Europea (UE) que establece que el país que un migrante pisa primero es el responsable de gestionar su solicitud de protección internacional. Italia argumenta que la ley impone una carga injusta a los países del Mediterráneo, y su nuevo gobierno ha intensificado la presión sobre otros países de la Unión Europea (UE) para que compartan la responsabilidad de los refugiados que llegan.
En cuanto a asuntos de política exterior, Trump afirmó que estaba dispuesto a reunirse con la dirigencia iraní, incluyendo el presidente Hassan Rohani. “Creo que es lo apropiado… sin condiciones”, dijo Trump. “Si se quieren reunir, me reuniré cuando quieran. Me encontraré con cualquiera”, aseguró el mandatario.
Sus comentarios se produjeron después de días de fuertes cruces verbales entre Washington y Teherán por la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear iraní. Desde el pasado día 6, entraron en vigencia nuevas sanciones estadounidenses contra el sector de energía y petróleo de la nación persa, y las frases de contemporización del magnate entran en contradicción con las amenazas hasta a sus aliados para que no prosigan comerciando con Teherán.
En cuanto a otro de los enemigos tradicionales de Washington, Moscú, Trump, subrayó que las sanciones a Rusia seguirán como están. El interés por las relaciones entre el estadounidense y su par ruso, Vladimir Putin, está en un punto difícil, después de que el mandatario aseguró que su cumbre bilateral con Putin en Helsinki de mediados de julioúltimo había sido un éxito.
Gracias a estas declaraciones, además de haber desautorizado en un primer momento a las agencias de inteligencia estadounidenses, que mantienen falsamenteque Moscú interfirió en las elecciones del 2016, y al trato indulgente que le propició al jefe del Kremlin, el mandatario estadounidense tuvo que enfrentar un aluvión de críticas dentro de su país, en realidad, muy injusto, cuando está embarrado en las principales acciones de la reacción internacional, encabezadas por EE.UU. para desestabilizar a Rusia.
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