Tristes realidades
11 de mayo de 2021
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La muerte es el denominador común en las varias noticias que les comento. Todas provienen de Estados Unidos. Y también en todos los casos la palabra «ley», interpretada de una u otra forma, es el motivo para llegar a ella.
La más reciente: Un hombre armado mató a 6 personas y luego se suicidó la madrugada del domingo 9 de mayo, en una fiesta de cumpleaños en Colorado Springs, Colorado, según informaron medios locales y la policía.
El hilo conductor es el uso festinado de armas de fuego por cualquier ciudadano en Estados Unidos. La razón del crimen, no especificada en el despacho noticioso, identifica al autor de los asesinatos como novio de una invitada a la fiesta donde se produjo la tragedia. El susodicho condujo su auto hasta la residencia donde se festejaba, entró y comenzó a dispararle a la gente antes de quitarse la vida.
Cuando la policía llegó al lugar de los hechos, encontró los seis cadáveres y al autor del crimen, aún vivo, quien falleciera luego en un centro hospitalario del lugar.
Según los reportes de prensa, este fin de semana ocurrieron hechos similares en varios estados norteamericanos. En Baltimore, al menos tres personas murieron y una resultó herida, mientras que el autor del tiroteo fue abatido por la policía. Los testigos del lugar explicaron que antes de los disparos se escuchó una explosión que provocó el incendio de varias viviendas.
En Nueva York, tres personas, incluyendo a una niña de cuatro años fueron baleadas, tras una disputa en un grupo de cuatro hombres y uno de ellos sacó un arma e hirió a varios transeúntes.
Mientras, la policía de la ciudad de Miami confirmó tres heridos en un tiroteo en un centro comercial.
En todos los casos —lamentables por supuesto— hay una constante legal, el uso de las armas por parte de cualquier ciudadano que pueda adquirirla en uno de los miles de lugares donde se venden sin requisito alguno para su obtención.
El tema ha sido objeto de debates a nivel público e institucional, pero su solución choca con algo que, al parecer, es más importante que la muerte de personas. Se trata del gran negocio que constituyen las armas en la sociedad estadounidense.
Otra noticia, no de algún tiroteo, pero donde está involucrada la «ley» y su interpretación, y también el crimen y las armas, proviene del estado de Arkansas, en Estados Unidos, y sale a la luz cuatro años después de que la persona involucrada, muriera ejecutada por una inyección letal.
Resulta que el ciudadano Ledell Lee fue condenado a la pena capital en octubre de 1995 en Arkansas y siempre mantuvo su inocencia. Sus abogados apelaron hasta que recibió la inyección letal el 21 de abril de 2017. Ahora, cuatro años después de su muerte, los letrados que actuaron en el caso aseguran «haber encontrado en el arma homicida material genético que apunta a otro sospechoso», según informó este lunes el diario The Washington Post.
En el transcurso del proceso judicial, la defensa alegó evidencias defectuosas e irregularidades en el proceso y un abogado a cargo de la apelación reconoció tener problemas de abuso de sustancias, así como la falta de recursos para una defensa adecuada.
En estos casos expuestos sucintamente se pueden apreciar, desde interpretaciones de la ley y manejo político y económico respecto al negocio de la venta de armas, hasta errores en procesos judiciales que se «destapan» cuatro años después de que el acusado, presuntamente por error, haya sido ejecutado en nombre de la ley de los Estados Unidos.
Sin dudas, son tristes realidades, pero realidades al fin.
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