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Togas encanalladas

29 de agosto de 2022

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Algunos le llaman “lawfare”, prefiero llamarlas togas encanalladas. Ello consiste en la utilización confabulada de las distintas formas de cortes judiciales y fiscalías latinoamericanas como instrumentos alineados abierta y definitivamente con los poderes oligárquicos y proimperialistas yanquis -sin discreción y sin disimulos-, en la defensa del sistema capitalista neoliberal y el poder político correspondiente a esa formación que intenta recuperar los espacios perdidos en la región y reinstalar sus dominios, hoy en franco proceso de quiebra.

Retirados temporalmente de esos escenarios los ejércitos y las policías, que al parecer estiman preferible concentrarse en mantener sus privilegios sin asumir mayores responsabilidades o riesgos, toca ahora a los jueces y fiscales, apoyados por los grandes medios de comunicación corporativos y subsidiarios del gran capital, jugar el nefasto papel de tropa de choque del sistema y albacea de los intereses imperiales.

Añadido al coincidente carácter de clase de los funcionarios sembrados en los cargos del sistema judicial, son evidentes el odio y el ensañamiento contra la más leve percepción de que una causa popular o de reivindicación de los oprimidos pueda abrirse paso y consagrarse legítimamente.

En los países latinoamericanos de manera especial se ha puesto de manifiesto este entramado y entre ellos de modo particular han llevado la voz cantante un buen número de jueces y fiscales argentinos, que ahora mismo pretenden llevar adelante sucios y manipulados procesos, como el insólito caso del avión carguero venezolano secuestrado junto a su tripulación y de las acusaciones falsas ya juzgadas contra la vicepresidenta Cristina Fernández, ambas con una evidente intención política tanto hacia lo interno como hacia lo internacional.

En el gran país del Sur y también más allá de sus fronteras, son muchos los que se preguntan si son estos mismos jueces o sus herederos los que guardaron vergonzoso silencio cómplice durante la sangrienta dictadura militar-empresarial (1976-1983) y sus desapariciones, asesinatos, torturas y encarcelamientos ilegales.

Las togas encanalladas de hoy están buscando -hasta ahora, por otros métodos-, los mismos objetivos.

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