«Tarjetas rojas» de fin de año
23 de diciembre de 2019
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Se le acaban los días a 2019 y, como si se tratase de un juego de futbol, varias «tarjetas rojas» advierten a mandatarios que se han creído invulnerables en su actuación.
Empecemos por el «jugador» más mediático y menos racional de todos. Me refiero a Donald Trump, el jefe de la Casa Blanca, a quien la Cámara de Representantes le acaba de hacer un «conteo de protección» en forma de «impeachment» o juicio político, que pasará ahora al Senado, controlado por los republicanos, y que seguro allí será vetado y el presidente Trump quedará absuelto.
Pero, lo que no podrá borrar Trump será la mancha —una más— en su expediente y lo que puede significar para él y su partido, el hecho de que haya sido expuesto a una posible destitución de su cargo, debido a sus violaciones éticas, su prepotencia a la hora de actuar y su arrogancia de creerse el dueño del mundo.
Tan es así, que el mandatario ha emprendido una verdadera guerra mediática, de diatribas y ofensas contra sus adversarios —que son muchos— e, incluso contra medios de comunicación y hasta congresistas.
En mi opinión, Trump no será expuesto al juicio político y tratará, una vez que en enero el Senado lo absuelva, remodelar su carga ofensiva, de cara a los meses más arduos en su campaña por la reelección.
En este caso, esperemos, pues lo más probable es que en los días que faltan para terminar el año, nuevas o viejas ofensas y acciones irracionales emprenda contra sus propios conciudadanos o respecto a otros países y pueblos. En este último caso, serán sus asesores quienes le indicarán el camino, que puede ser relacionado con Venezuela, Cuba, Nicaragua, o impulsar más sanciones contra Irán o Rusia, porque todo hace indicar que su pulseo con China ya lo declaró fuera de combate.
En América Latina son varios los mandatarios —todos muy amigos de Trump— a los que este final de 2019 le ha llegado marcado con
«tarjetas rojas» como advertencia de pueblos cansados de soportar los efectos del neoliberalismo salvaje, la corrupción y la represión policial cuando se producen manifestaciones.
Chile marca la vanguardia en este indicador negativo. Más de 300 de sus ciudadanos han sido baleados en sus ojos por carabineros con dotes fascistas al estilo Pinochet, y la mayoría de los heridos han perdido uno de sus ojos —y en algunos casos los dos—, como si se pretendiera cegar a jóvenes dispuestos a exigir el fin de un gobierno que parece no inmutarse ante tales hechos.
Cada día se suman más formas de violencia, entre ellas el empleo de chorros de agua con contenido ácido, contra quienes protestan en las calles de las ciudades chilenas.
El presiente Sebastián Piñera, ya tiene varias «tarjetas rojas» aplicadas por el pueblo que sufre, no solo de las medidas neoliberales y los recortes sociales, sino de la represión desproporcionada y los hechos más atroces de una policía contaminada y protegida por leyes creadas por el más criminal de todos los dictadores de Sudamérica, Augusto Pinochet, y que ninguna falsa «democracia» de gobiernos posteriores haya abolido.
En Colombia también el pueblo se ha levantado y acciona con sus masivas movilizaciones contra un gobierno y un presidente identificado de pies a cabeza con la administración Trump, donde las maniobras de los militares y paramilitares arrojan muertes e inestabilidad que traspasa sus fronteras.
Las noticias diarias llegadas desde Colombia dan cuenta del asesinato de líderes sociales, indígenas, campesinos y ex guerrilleros, sin que el gobierno ponga coto a semejantes prácticas.
En un cementerio, al noroeste de Colombia, el hallazgo de fosas en las que se cree están enterrados al menos medio centenar de víctimas civiles de ejecuciones extrajudiciales abre en el país un nuevo capítulo del horror conocido como «falsos positivos», el más macabro de los «inventos» para disfrazar el asesinato de civiles.
En Brasil, el gobierno de Jair Bolsonaro también ha sido marcado por «tarjetas rojas» por la corrupción que afecta a hijos y otros familiares y empleados del mandatario.
Súmese a ello, la cada vez más difícil situación social de los millones de brasileños afectados por las últimas medidas neoliberales aplicadas por el «Trump del trópico», mote del mandatario del país sudamericano.
Son estos, algunos ejemplos de cómo llegan a este fin de año, gobiernos y presidentes marcados por «tarjetas rojas» de pueblos cansados de las más aberrantes acciones en su contra.
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