Solo el tiempo dirá
27 de abril de 2018
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Resulta extremadamente difícil estar de acuerdo con las opiniones sobre política internacional que el mandatario estadounidense Donald Trump dé a conocer, ya sea a través de su cuenta de Twitter, o en declaraciones de cualquier tipo.
Y es que el mundo ya está acostumbrado a su controvertida y polémica forma de dar sus criterios que, por lo regular, lo que dice en la mañana cambia ese mismo día en horas de la tarde, ya sea dicho por él o por sus asesores más cercanos.
Pero en relación a un hecho histórico que acaba de acontecer en la frontera que divide a las dos Coreas, el encuentro entre el presidente del Partido del Trabajo de Corea, Kim Jong-un, y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, Trump adelantó su opinión concluyendo sobre el tema que “están ocurriendo buenas cosas, pero solo el tiempo dirá”. Y en eso no se equivoca.
Realmente la prensa internacional centró su atención sobre este acontecimiento que pudiera convertirse en el primer paso hacia una paz real en una península que se ha mantenido en un virtual estado de guerra durante 65 años.
Un enviado especial de la agencia Prensa Latina comentó en un despacho que antes de “sentarse en privado con Moon el Mariscal Kim auguró en un texto escrito en el libro de huéspedes ilustres de la Casa de la Paz, sede del encuentro, que ‘una nueva historia comienza ahora. Una era de paz, desde el punto de partida de la historia’.
La llamada Casa de la Paz está ubicada en Panmunjomn, en el paralelo 38, zona desmilitarizada y que es controlada desde 1953 por las dos Coreas y Estados Unidos. Con su llegada, Kim se convirtió en el primer mandatario de su país en cruzar la muy bien fortificada zona.
Casualmente el encuentro coincidió con conversaciones al más alto nivel entre autoridades chinas e indias, sostenidas entre el presidente Xi Jinping y el primer ministro Narendra Modi, lo que no solo “beneficiará a los dos países y sus pueblos, sino que contribuirá de forma positiva a la paz y el desarrollo a escala regional y global”, según afirmó el Canciller chino.
Ambos encuentros resultan simbólicos y significativos en estos tiempos donde cada vez cobra más fuerza la existencia de una nueva versión de la guerra fría y de guerras locales, demostrando el interés de la región asiática porque la paz sea el verdadero objetivo.
Este abril Kim Jong-un y Moon Jae-in, a nombre de norcoreanos y surcoreanos sembraron un pino en la zona convertida en frontera entre sus dos países como símbolo de paz y prosperidad para ambas naciones.
En junio la comunidad internacional conocerá si este primer paso hacia la esperanza y la paz en esa región podrá continuar o quedará solo en eso. Todo dependerá del resultado del encuentro entre Kim Jong-un y el mandatario estadounidense Donald Trump. Entonces veremos si “continúan sucediendo cosas buenas en la región”.
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