Sofocante realidad
13 de agosto de 2018
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El balance de años anteriores y la comparación con el actual, respecto al cambio climático, nos muestran una sofocante y frustrante realidad. Y hasta las preguntas sin respuestas nos agobian a la par del calor: ¿es que no podremos hacer algo para que este fenómeno sea al menos controlado?
Resulta que en 2017, las emisiones industriales de dióxido de carbono en el mundo aumentaron a niveles récord, algo así como el más alto de los últimos 800 000 años.
Puede agregarse que, 17 de los 18 años más calurosos desde que comenzó la recolección de datos de la era moderna, se produjeron después de 2001.
El medio digital “lanacion.com” advirtió la víspera que “en la era del cambio climático, este verano boreal sofocante y abrasador se parece mucho al futuro que los científicos vienen presagiando y demuestra, en tiempo real, lo poco preparada que está la mayor parte del mundo para vivir en un planeta más caluroso”
Al respecto, Cynthia Rosenzweig, que dirige el grupo de impactos climáticos del Instituto Goddard de la NASA en Estados Unidos, ha afirmado que “ya no es una señal de alarma, millones de personas de todo el mundo lo están sufriendo en este mismo instante”.
Los augurios no pueden ser más preocupantes. “Las temperaturas siguen aumentando y, hasta ahora, los intentos de contener el calor fracasaron. Los científicos concluyeron que es probable que las olas se vuelvan más intensas y frecuentes con el aumento de las emisiones de gases. En el horizonte asoma un futuro de fallas de sistema en cascada que pondrá en jaque los suministros básicos, como los alimentos y la electricidad”, plantean insistentemente los más prominentes exponentes en la materia.
En Europa, durante el presente año se han registrado los mayores calores que, incluso, han provocado muertes, grandes e incontrolables incendios y pérdidas totales o parciales de cosechas.
Por estos días, el diario estadounidense The Washington Post cita una serie de tuits del astronauta alemán Alexander Gerst, que se encuentra en la Estación Espacial Internacional cumpliendo como comandante la segunda parte de una misión que realizó durante seis meses en 2014, ha advertido en cómo el hemisferio norte del mundo está cambiando gradualmente de un verde exuberante a un marrón seco. “Solo tuve la oportunidad de tomar mis primeras fotos de la seca Europa Central y Alemania desde algunas semanas, y me sorprendió, escribió Gerst en Twitter.
De acuerdo con estadísticas europeas, en todo el continente, las temperaturas alcanzaron o excedieron los 40 grados este verano 2018, lo que representa un riesgo mortal, ya que solo del 3 al 5% de los hogares europeos tienen aire acondicionado.
En Estados Unidos, de acuerdo con estudios de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) en los 48 estados continentales de esa nación, el período entre mayo y julio —fin de la primavera y principio del verano boreales— resultó ser el más caluroso del que se tenga registro, con una temperatura promedio casi un 5% por encima de la media histórica. El año pasado los niveles del mar siguieron con su tendencia al alza, y aumentaron 7,7 centímetros, por encima de los niveles de 1993.
Es, sin lugar a dudas, la sofocante realidad en un mundo donde se viven en presente los efectos del cambio climático y donde todavía hoy esa especie de apocalipsis no aparece en la agenda de muchos gobiernos, principalmente del mundo rico.
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