Sin libertad de la mente
22 de junio de 2016
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Cuatro nuevas proposiciones para regular la venta y posesión de armas en Estados Unidos acaban de ser rechazadas por el Senado, algo que no es sorpresivo, conociendo los intereses que sostienen a un gran número de legisladores, quienes actúan consecuentemente en una nación que vive y está signada por la violencia.
Todo surgió a raíz de la tragedia de Orlando, una más en esa localidad floridana conocida por su vasta red mafiosa y el envenenamiento de gran parte de su juventud y niñez por las drogas, principalmente del muy dañino “crack”.
A las 50 víctimas de Orlando –sin contar que el asesino es también otra víctima del sistema– han seguido escaramuzas entre escolares y jóvenes egresados de High School en diversos estados, aunque no con tan amplio saldo de bajas,
Lo de Orlando trasciende por ser una publicitada, aunque peyorativamente, zona del denominado Estado del Sol, y no porque los muertos sean latinos, negros y otros factores de la aun más empobrecida clase baja, que encuentra su violento final en una noche de presunta diversión.
Otras tragedias, además de las corrientes en cualquier zona urbana, son más frecuentes en las áreas rurales, principalmente en las ubicadas cerca de la frontera mexicana, donde fuerzas irregulares –con armas,uniformes y hasta permiso oficial– salen diariamente a la cacería de emigrantes, sin que ello trascienda mucho y solo se vislumbra la verdad ante el hallazgo de osamentas en fosas comunes y zonas desérticas.
No es ocasión de reiterar conceptos sobre causas y resultados de esa verdadera tragedia norteamericana que es el irrespeto a la vida, sino de cavilar como una nación tan poderosa militar y económicamente, residencia der tantos y tan variadas poblaciones llegadas del exterior, está reñida con lo más elemental de la existencia y no pueda dar a su más joven generación el derecho de conservar la libertad de la mente.
Aquí pudiera citar cifras acerca de ese resultado de la violencia en Estados Unidos, cuyo caudal de muertes es solo superado actualmente por las guerras que entronizó y aun perdura en Iraq y Afganistán, y en la que insufla diariamente en México, donde se aprovecha de la venta de armas al narcotráfico y la local de drogas.
Y es que en Estados Unidos la existencia es un eterno deambular, y el egoísmo y la corrupción modos de vivir, cuestiones que son inadmisibles, como también lo es que es el talento no se emplea en beneficio de los desamparados, ni se inculca desde temprano a la población joven la consideración martiana de que lo ético está indisolublemente ligado a lo político y hasta lo estético.
Así es en Estados Unidos del Dinero, usurpador de la libertad de la mente.
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