Salvando a Bolivia
24 de julio de 2015
|Ejecutivos y autoridades de entidades internacionales del sector de hidrocarburos, de empresas estatales del gas y del petróleo, de petroleras privadas y consultoras de reconocida trayectoria a nivel mundial de Qatar, Noruega, Brasil, Francia, Bolivia, Reino Unido, Estados Unidos y Uruguay, entre otros, acaban de recibir la lección boliviana de cómo la seguridad energética y los desafíos y oportunidades de los hidrocarburos pueden ser puestos a disposición del bienestar del pueblo.
Ni una voz disonante se oyó desde que el presidente boliviano, Evo Morales, inauguró y clausuró el V Congreso Internacional de Gas y Petróleo en la oriental ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en una coyuntura marcada por el desarrollo del gas de esquisto y el intenso comercio mundial y regional de hidrocarburos.
Entre otras cuestiones, se abordaron el comportamiento de los mercados del gas natural a nivel global, los desafíos en el contexto de precios para la venta de ese combustible y del petróleo, y las perspectivas de la exploración en las nuevas condiciones de precios, así como las perspectivas a corto y mediano plazo en los mercados de los carburantes. gas natural y petróleo.
Incluso se destacó la consolidación de la exploración y de la petroquímica en Bolivia, en un contexto similar a cuando el mandatario compartió avances políticos, económicos y sociales de Bolivia días atrás en el Congreso de Argentina.
El popular Presidente atribuyó el crecimiento a la nacionalización de los recursos naturales, que fue rechazada por los gobiernos neoliberales bajo el argumento de una supuesta pérdida de la inversión extranjera en hidrocarburos.
Apuntó que el 2005 la renta petrolera era de 300 millones de dólares, monto que hasta el año pasado se incrementó a 5 800 millones, al igual que la inversión, que era de 240 millones de dólares y para este 2015 se programó en 2 200 millones.
En ambos foros, con distintas palabras, pero igual efecto y mensaje para las diferentes clases de participantes, quedó claro como el sector más humillado en la historia de Bolivia, en algunos tiempos amenazado hasta el extermino, condenados hasta denominarlos indios sin alma, se integró a un movimiento social junto a los maestros, obreros y otros sectores sociales, para salvar a Bolivia.
Y es que la transformación boliviana se ha consolidado desde que se inició hace nueve años, en el que la liberación política comenzó con la implementación de la nueva Constitución Política del Estado, mediante una Asamblea Constituyente; y se venció a la derecha y el injerencismo de la Embajada de Estados Unidos, con la decisiva ayuda de mineros, comerciantes, transportistas, y especialmente al movimiento campesino conocido como el Pacto de Unidad, todos los cuales aprobaron el proyecto de refundación de Bolivia, sometido al voto del pueblo.
En lo social, antes lo poco que quedaba en Bolivia se privatizaba, pero ahora hay superávit y los recursos económicos vuelven al pueblo.
Ello ha hecho disminuir el nivel de la pobreza en 22%, y se lucha ahora por un desarrollo sostenible que destierre la inseguridad en los sectores más vulnerables a una crisis económica global.
CASO SINGULAR
Recuerdo como el 10 de marzo de 1952, el mismo día en que aconteció el golpe de Estado de Fulgencio Batista en Cuba, las antiguas masas desposeídas tomaron el poder en Bolivia, y el indio, su componente mayoritario, comenzó a abandonar su antigua condición de extrema pobreza.
Pero no fue hasta ahora, con el gobierno de Evo Morales, que comenzaron a cortarse las raíces del sistema neocolonial, en el que predominaba el egoísmo y se violaban los derechos humanos.
Y es que Evo no ganó en Bolivia con un programa neoliberal, sino con un discurso desde la raíz del alma indígena, enarbolando también la Asamblea Constituyente como arma de cambio.
El objetivo fundamental era que las riquezas sirvan a la mayoría del pueblo y que las privatizaciones corruptas hechas desde 1985 hasta el 2006 tenían que ser revertidas para redistribuir las riquezas.
El gobierno de Evo Morales se traduce en miles de bolivianos atendidos de la vista por la Operación Milagro, nuevos hospitales y una campaña de alfabetización que en menos de 30 meses acabó con la ignorancia absoluta en el Altiplano.
Evo, un indio, dio el verdadero poder a todo el pueblo, logró el apoyo de todos los integrantes de la Unión de Repúblicas Suramericanas (UNASUR) y fustigado a las naciones que no quieren cumplir o no forman parte de los acuerdos para evitar el deterioro medioambiental.
De Bolivia, su Presidente y pueblo se seguirá hablando y escribiendo, tanto de logros como de dificultades. Pero, principalmente, de cómo el indígena ha logrado su identidad.
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