Salud: el sector más afectado por el bloqueo
1 de octubre de 2015
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Si alguien, por alguna casualidad, tiene duda sobre los daños del bloqueo de Estados Unidos a Cuba y el impacto que el mismo tiene en sectores tan sensibles como la salud pública cubana, veamos solo algunos ejemplos de los que aparecen en el Informe de Cuba que será objeto de votación este mes de octubre en Naciones Unidas.
Se recuerda en el documento que desde el triunfo de la Revolución en 1959 el derecho a la salud del pueblo cubano ha sido una máxima prioridad, lo que se evidencia en los resultados que hoy expone la Isla, superiores incluso a los de países del primer mundo.
En los momentos económicos más adversos, el gobierno revolucionario invirtió cuantiosos recursos financieros, materiales y humanos para garantizar la sostenibilidad de los servicios de salud y de alimentación indispensables, lo que se vio entorpecido por el genocida bloqueo económico, financiero y comercial de los EE.UU. contra Cuba, señala el Informe.
Y refiere que en el sector de la Salud Pública la afectación monetaria acumulada desde el inicio del bloqueo es de 2 mil 541 millones de dólares, mientras que en el periodo que analiza este informe las afectaciones ascendieron a 76 millones 897 mil 734 dólares.
Entre otros ejemplos, el perjuicio se manifiesta de manera puntual en la necesidad de adquirir en mercados geográficamente alejados medicamentos, reactivos, piezas de repuesto para equipos de diagnóstico y tratamiento, instrumental, y otros insumos. A ellos se suma el tener que recurrir a intermediarios, incrementando innecesariamente los gastos en el sector, y demorando en ocasiones el tratamiento a los pacientes.
Otro efecto negativo causado por el bloqueo es el de la violación de los derechos de los ciudadanos estadounidenses a los que se le limita la posibilidad de recibir en Cuba servicios médicos, a menor costo y de excelente calidad.
El Informe cubano sobre el Bloqueo cita el caso del Complejo Ortopédico Internacional Frank País, limitado para adquirir prótesis para las articulaciones de la muñeca y mano en pacientes con artritis reumatoide, ya que el mercado de este tipo de prótesis lo dominan empresas norteamericanas como Small Bone Innovation, Inc (SBI). La sucursal en Europa de SBI se negó a suministrar este producto a Cuba. Debido a este obstáculo, los pacientes que requieren estas prótesis deben viajar al extranjero o recibir operaciones paliativas, lo cual implica que posiblemente no se solucione su problema de salud y un incremento de los gastos.
Otro caso: el Centro Internacional de Restauración Neurológica (CIREN) reporta que según la guía de Buenas Prácticas Clínicas, el procedimiento con Toxina Botulínica es el preferente para el tratamiento de la espasticidad, signo presente en más del 80 % de los pacientes con enfermedades neurológicas. Hoy la Toxina Botulínica es un medicamento indicado en el tratamiento de más de 50 enfermedades. El CIREN no puede obtener Toxina Botulínica marca Botox directamente a los EE.UU. Para adquirirla tiene que comprarla mediante un tercer país, operación que encarece el precio, de 200 a 500 dólares.
En el Instituto de Neurología y Neurocirugía “Dr. Rafael Estrada”, durante el periodo analizado por este informe, su departamento de Neurobiología afrontó la negativa de la venta del kit de laboratorio CanAg NSE EIA por la compañía estadounidense Fujirebio Diagnostics Inc. Este kit se emplea para la detección de la proteína Enolasa Neuronal Específica en suero y en líquido cefalorraquídeo, elemento que puede ser utilizado como marcador diagnóstico y pronóstico en casos de enfermedades cerebrovasculares de tipo isquémicas, las cuales ocupan altos índices de morbimortalidad en Cuba.
El Instituto de Hematología e Inmunología no puede realizar el monitoreo de los efectos de la droga Methotrexate (MTX), aplicada para el tratamiento de leucemias y otros síndromes linfoproliferativos, debido a que dicho Instituto no ha podido acceder a sistemas de diagnóstico tales como ARK Methotrexate Assay, de la firma ARK Diagnostics, Inc., de California, que al ser estadounidense no puede comercializar con Cuba.
Entre muchos otros ejemplos de la persecución implacable producida por el bloqueo norteamericano a Cuba, principalmente en el sector más sensible; el de la salud, concluyo con algo insólito e inhumano recogido en el Informe.
Las afectaciones ocasionadas por el bloqueo al Cardiocentro Pediátrico “William Soler”, se recrudecieron a partir de su incorporación, en abril del 2007, a la categoría de “hospital denegado” por la OFAC, con lo que se impusieron condiciones para la venta de productos que requieren licencia previa. Desde entonces las empresas NuMED, AGA Medical y Boston Scientific no pudieron continuar suministrando los dispositivos que se usan en procederes de diagnóstico y tratamiento por cateterismo intervencionista, lo que obliga a someter a los niños a cirugía cardiaca a corazón abierto con mayor riesgo de complicaciones y mortalidad e incremento de los costos.
Este hospital tampoco puede contar con materiales biológicos de implante cardiaco de óptima calidad procedentes de los EE.UU., como las válvulas cardiacas biológicas. Esto ha obligado al Cardiocentro a utilizar, en ocasiones, válvulas mecánicas con necesidad de anti-coagulantes, lo cual supone un mayor riesgo y predispone a los pacientes a otras complicaciones.
Asimismo, no tiene acceso a los sets de gastrostomía percutánea fabricados en EE.UU., necesarios en algunos enfermos muy desnutridos, sin posibilidad de adecuada alimentación por vía oral. Al no contar con este producto el Cardiocentro se ve en la obligación de realizar la gastrostomía quirúrgica.
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