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Rusia vs anarcocapitalismo

8 de mayo de 2015

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En el mundo del capital abundan los depedradores que se mueven bajo las fachadas de las agencias calificadoras de riesgo internacional que en los últimos tiempos han acosado a Argentina, Venezuela y Rusia, nación que decidió crear una a la que seguirán otras, con el fin de protegerse de las veleidades occidentales y evitar caer en la trampa de los Fondos Buitres que acosan a Buenos Aires con la bendición de la “justicia” norteamericana.
Las calificaciones crediticias son importantes para una economía, porque determinan qué tan caro será para un país o una compañía pedir prestado en los mercados internacionales.
Las que califican a Rusia son norteamericanas, que consideran que las sanciones económicas contra Moscú elevan el riesgo a la inversión y aumentan la fuga de capitales
En sí, el 96% de las calificaciones crediticias de las empresas rusas las realizan tres agencias estadounidenses: Fitch, Standard & Poor’s y Moody’s”, que debido a las recientes tensiones entre ambos países han rebajado sus evaluaciones.
S&P dijo que la degradación crediticia se debía principalmente a preocupaciones por la salida de capitales y el riesgo de invertir en ese país, a causa del estallido a finales del año pasado de la crisis.
Las evaluaciones establecidas por esos centros, basándose en la fortaleza o debilidad de las economías de los países, pueden ser desde triple A, pasando por los distintos niveles A, de B, hasta una sola C. A los que, por ejemplo, les otorguen categorías de CCC, CC o C, les será difícil recibir empréstitos o que alguna identidad compre sus deudas.
Sin embargo, la rebaja a la calificación crediticia de Rusia de BBB a BBB- es el resultado más tangible de las políticas de Moscú hacia Ucrania. BBB- se ubica apenas arriba del nivel llamado basura.
S&P dijo en un comunicado que revisó la calificación del país, porque, ante la coyuntura de tensión, “la economía rusa podría registrar salidas adicionales importantes de capitales internos y extranjeros”.
Moscú, antes de llegar a la importante y necesaria decisión, encontró otras fuentes de financiación en China, que invierte cada vez más en proyectos de desarrollo en el territorio de toda Rusia., a lo que suma la decisión de los otros países integrantes del BRICS (Brasil, la India y Sudáfrica) de desafiar también a los entes estadounidenses.
Sin dudas, la rebaja de la calificación crediticia tiene motivos políticos, en represalia por la adhesión voluntaria del pueblo de Crimea a Rusia y la ya mencionada situación en Ucrania.
Analistas occidentales han admitido que tanto la flamante calificadora rusa, como otras de origen chino, se ganarán la confianza, al actuar más limpiamente, sin consideraciones de que reflejen la tensión política, por lo cual se harán más visibles.
Desde el inicio de la crisis económica del 2008, que ninguna de las grandes agencias supo adelantar, están muy desacreditadas, al demostrar sus carencias en la debacle de Enron, cuya calificación permaneció en niveles normales cuatro días antes de que la empresa fuera a la bancarrota (a pesar de que sabían de los problemas durante meses), así como en la de Lehman Brothers.
Con Venezuela se ensañaron al llevar la calificación a CCC, una de las más bajas del mundo, por lo que el presidente Nicolás Maduro denunció que “tenemos un bloqueo financiero para impedirnos acceder a financiamientos que necesitamos con objetivo de superar parte de la merma del ingreso petrolero”.
Maduro precisó que las empresas encargadas de calificar el Riesgo País han posicionado a Venezuela entre los más altos niveles, “incluso por encima de países que están en guerra o que sufren los embates del ébola”, acción que atribuyó a razones políticas. Al mismo tiempo, las agencias declararon perspectivas macroeconómicas “negativas para el año 2015” a las naciones miembros del Mercosur, integrado por Argentina, Paraguay, Venezuela, Uruguay y Brasil.
Además, están registradas como agencias de periodismo, por lo que legalmente sólo hacen una labor de información. No están sujetas, pues, a las reglas (derechos, deberes y responsabilidades) de las firmas de auditoría que deben preservar la transparencia de sus informes y que responden con su patrimonio en caso de una quiebra que no se haya advertido en las auditorías, y haya ocasionado perjuicios a un tercero.
Es un círculo diabólico que Rusia se propone romper y evitar que siga imperando el anarcocapitalismo.

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