Rusia, China y el equilibrio del Mundo
17 de septiembre de 2018
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La asistencia del presidente chino Xi Jimping al foro económico de Vladivostok y sus encuentros con el presidente ruso Vladimir Putin en esa ocasión, sirvieron e4videntemente para consolidar y reforzar la alianza estratégica en todos los campos entre China y Rusia, que pocos días después llevaron a cabo maniobras militares conjuntas de enormes dimensiones en el territorio fronterizo entre ambos países y la vecina Mongolia.
No es necesario ser muy perspicaz para comprender que en la actual situación, cuando la Administración Trump de Estados Unidos reparte por doquier amenazas, chantajes y agresiones –haciendo trizas el derecho internacional y sus propios compromisos con socios y aliados– tanto China como Rusia están haciendo un valioso y racional aporte al equilibrio del mundo.
Esto es fácilmente entendible para el resto de la humanidad, no obstante la brutal campaña mediática de “fake news”, que el propio Trump denuncia cuando no le conviene.
La existencia misma y el desarrollo económico y científico de China y de Rusia, junto a sus inmensas riquezas, vastos territorio y numerosa población, ha permitido ascender como potencias mundiales y la alianza estratégica entre ambas hace posible una contraparte sólida y efectiva a los apetitos sin límites de la nación imperial estadounidense, llevados hoy hasta peligrosos extremos por sus actuales gobernantes.
Los países de África, Asia, América Latina e incluso de Europa vislumbran y hacen realidad, como alternativa eficaz y oportuna, el acercamiento por diferentes vías a China y a Rusia –independientemente de posibles discrepancias o distintos puntos de vista en cuestiones puntuales–, como forma de asegurar un desarrollo independiente y proteger su soberanía nacional.
Un ejemplo palpable es el establecimiento reciente de relaciones diplomáticas con la República Popular China por parte de Panamá, República Dominicana y El Salvador en el área centroamericana y caribeña.
Un vistazo a la situación internacional actual, caracterizada por agresiones imperialistas, guerras injustas, violaciones sucesivas de la legalidad y los preceptos de la Carta de Naciones Unidas, permite llegar a la conclusión de que todo sería mucho peor si la presencia de China y de Rusia en la arena mundial no ejerciera una influencia positiva y concreta, preservando lo que resta de paz y estabilidad en medio de las convulsiones presentes.
El concepto martiano sobre el equilibrio del mundo se comprueba así en la práctica de la vida y una vez más otorga la razón al Apóstol de la independencia de Cuba.
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