Reto para Mutharika
3 de junio de 2019
|
La grave situación social y económica de Malawi constituye todo un reto para Peter Mutharika, quien ya se desempeña en su segundo mandato presidencial consecutivo, tras vencer a fuertes rivales en votaciones apretadas, ambas catalogadas como limpias y sin tachas.
En la más reciente sorprendió el alto nivel de participación en esa nación africana, una de las más pobres del mundo, bajo las graves consecuencias dejadas por el huracán Idai, con más de 900 000 damnificados y elevados daños humanos y materiales.
Mutharika, un jurista de alto nivel internacional, es hasta ahora un político no corrupto, quien había renunciado a un anterior partido y puesto en prisión a cinco de sus dirigentes por ese tipo de práctica.
Curiosamente, los anteriores presidentes de Malawi que han logrado reelegirse han tenido una segunda parte en la que se les ha señalado prácticas corruptas, que ha demeritado algunas de sus buenas acciones en pro de la maltratada población.
Malawi es una nación que no ha sido realmente independiente, aunque obtuvo tal grado al separarse de la tutela de Gran Bretaña, que ha seguido influyendo en el país, junto a otras potencias occidentales, pero que en nada ha resultado beneficioso, por el contrario, y sí animado a determinadas figuras a encumbrarse y manejar el país a su antojo.
Con Mutharika da la impresión de que este segundo mandato podría ser mejor que el primero, en el que trate de concretar programas de educación, salud, medioambiente, etcétera, pero que la grave situación económica no le dejó avanzar mucho.
No obstante, retuvo cierta popularidad, que le ha valido para ganar, aunque sea apretadamente, la reelección, con promesas de elevar la calidad de vida de la población, que depende aún de la ayuda exterior, y de ahí que no pueda ser independiente de las presiones occidentales.
Un país poco conocido
Malawi, con una población de más de 18 millones de personas que habitan en 118 484 kilómetros cuadrados, se encuentra en la posición 61 de la tabla de población, compuesta por 196 países y tiene una densidad de 157 habitantes por kilómetro cuadrados. Su capital es Lilongüe y su moneda Kwacha malauís.
Malawi es la economía número 152 por volumen del Producto Interno Bruto. Su deuda pública en el 2017 fue de 3 170 millones de euros, unos 4 008 millones de dólares. El PIB per cápita es un muy buen indicador del nivel de vida, y en el caso de Malawi, en 2017, fue de 300 euros (385 dólares), por lo que se encuentra en la parte final de la tabla, en el puesto 194. Sus habitantes tienen un bajísimo nivel de vida en relación a los 196 países del ranking del PIB per cápita.
En cuanto al Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que en definitiva nos muestra el nivel de vida de sus habitantes, indica que los malawíes están entre los que peor calidad de vida tienen del mundo.
El Índice de Percepción de la Corrupción del sector público en Malawi ha sido de 32 puntos, así pues, sus habitantes creen que existe mucha corrupción en el sector público.
Durante el siglo X fue poblado por inmigrantes y permaneció regido por un gobierno nativo hasta 1891, cuando fue colonizado por los británicos, quienes lo gobernaron hasta 1964. Tras la disolución de la Federación de Rhodesia y Nagaland, y tras obtener su independencia, Malawi se convirtió en un estado unipartidista bajo la presidencia de Hastings Banda, quien gobernó hasta 1994, cuando fue depuesto.
Mientras estuvo en el poder, y usando su control sobre el país, Banda se alió aún más a las potencias occidentales, hizo que Malawi fuera la única nación africana en mantener relaciones con la Sudáfrica del apartheid y construyó un imperio empresarial que producía un tercio del PIB del país, y que empleaba al 10% de la fuerza de trabajo. Con su caída, el país abrazó el sistema multipartidista
Y esta es la nación que ha vuelto a elegir como presidente a Peter Mutharika, quien ha empeñado su palabra en hacer de Malawi una mejor nación, todo un reto.
Comentarios
