¿Quién se atreve?
7 de enero de 2019
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Decenas de pretendientes a la presidencia de la República Democrática del Congo han estado aspirando a suceder a Joseph Kabila, quien la ha ocupado durante 17 años y ahora la debe dejar luego de los resultados de los comicios efectuados el 30 de diciembre último y que se darána conocer el 15 venidero.
A pesar de las informaciones de agencias occidentales, algunas supuestas organizaciones no gubernamentales y otros entes de derechos humanos, el proceso ha sido mucho menos violento de lo presumible. Incluso se llegó a votar en regiones donde continúan los conflictos armados o están azotados por el ébola, lo cual es parte de esa demora en el conteo de votos en elecciones que también se atrasaron una semana por el incendio Intencional de un edifico de Kinshasa donde se hallaban documentación electoral.
En fin, de los favoritos entre tantos pretendientes, descuellan Emmanuelle Ramazani Shadary, el “delfín” de Kabila, quien asegura que seguirá la política de su mentor y la mejorará en la modernización del país; y el empresario Martín Fayule, formado en Francia y Estados Unidos, y que Occidente ve con buenos ojos.
En este contexto, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, envió tropas a Gabón y puso en alerta a las ubicadas en la República del Congo, por si hay necesidad de Intervenir para “proteger” a los ciudadanos estadounidenses radicados en Kinshasa, la capital.
Hay otros candidatos con posibilidades, pero los dos mencionados parecen ser quienes tienen más opciones.
El “agraciado” heredera un país que es, vale la palabra muy utilizada de los comics, “superrico”, con un subsuelo maravilloso del que se pueden extraer abundantemente, entre otros minerales, oro, diamantes y esmeraldas, además de ser el principal productor de coltán y el segundo de cobre en el mundo.
Pese a ello, existe una gran desigualdad, la corrupción permea todas las capas de la población, diversa propaganda indica que los familiares del mandatario se han enriquecido enormemente y, en fin, nadie hace nada para mejorar las condiciones de vida de millones de personas que parecen más esclavas que trabajadoras y se desplazan constantemente, en una eterna huida, dentro y fuera de la mayor nación africana.
LO MÁS PREOCUPANTE
Lo que más me preocupa es que en los programas de algunos principales candidatos no observo nada que mejore esta última situación, cuando se sabe de antemano que los explotadores externos, con sus cómplices locales, han ayudado a desatar interminables guerras para apoderarse de las riquezas.
Shadary se dice nacionalista y que no acepta órdenes de potencia alguna, y Fayule asegura que tiene el proyecto de presupuesto más ambicioso para eliminar la pobreza, mejorar el medio ambiente y, en fin, la calidad de vida.
Pero, ¿por qué nadie ha indicado que se opondrán a los designios foráneos de robar las riquezas de la nación y mantener en una virtual esclavitud a millones de nacionales, muchos de ellos niños y adolescentes, a quienes se privan de educación?
Lo más sonado en los últimos años es la explotación del coltán, donde están involucradas Alcatel, Ericsson, Siemens y Nokia, empresas punteras en telefonía móvil, y con otros entes depredadores están explotando ilegalmente el coltán.
Y es porque si se sigue el camino inverso de tal producción, se llegará inevitablemente a la República Democrática del Congo, que concentra el 80% de las reservas mundiales de coltán, un mineral fundamental para la elaboración de productos electrónicos.
La amenazada periodista congolesa y defensora de los derechos humanos Cadí Aduzca, denunció las consecuencias de tal explotación, y de ello se hizo eco otra colega, la española Gema García, en la publicación catalana “La Directa”.
Los recursos minerales juegan un papel clave en la prolongación del conflicto más mortífero del mundo. La ya mencionada Cadí lo ha denunciado incansablemente, a través de la frecuencia de Radio Okapi y en todo el mundo. Cuando recogió el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, habló claro:
“Permitidme pedir cuentas a ciertas empresas multinacionales, que, en la búsqueda de sus intereses, han contribuido a asolar a sangre y fuego este grande y bonito país arrebatando la vida a más de seis millones de personas y la dignidad y el honor a más de 500 000 mujeres violadas”.
Y esto es una muestra de lo que ha sucedido, y sucede, en el país con más riquezas en África, lo cual es un reto que tendrá que enfrentar cualquiera que resulte electo presidente y no quiera que se siga traicionando al sufrido y virtual mártir pueblo de la República Democrática del Congo.
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