Puntos sobre las íes
25 de octubre de 2017
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Consecuente con su política (antipolítica, diría) de violación e incumplimiento de acuerdos contraídos por la anterior administración norteamericana, el presidente Donald Trump dio el visto bueno a la imposición de nuevas sanciones a Irán, y exhortó a sus aliados europeos a abandonar el pacto firmado hace dos años que establecía el control del programa nuclear de Teherán, a cambio del levantamiento de castigos y represalias económicas.
Pero Gran Bretaña, Francia y Alemania, firmantes del convenio, se negaron a secundar la acción estadounidense y, por el contrario, anunciaron que seguirán estableciendo firmes lazos económicos con la nación persa. Los otros firmantes del pacto, Rusia y China, conminaron a Washington abandonar una actitud belicista considerada unilateral y sin justificación alguna, ya que Irán sigue cumpliendo al respecto.
Analistas estiman que el pacto se mantendrá y no sufrirá cambio alguno, por lo cual Trump tendrá que asumir en soledad el aislamiento y su errónea ética política planetaria. “Es imposible volver a la situación anterior al acuerdo nuclear iraní y a la reimposición de sanciones por el Consejo de Seguridad de la ONU”, expresó el Ministerio de Exteriores ruso, y el gobierno alemán también ha abogado por el cumplimiento completo de lo firmado.
El pronunciamiento de la Unión Europea ha sido inmediato manifestando que este acuerdo ha sido coordenado durante muchos años, con arduas negociaciones y con el deseo de beneficiar al mundo, por lo cual no es un acto bilateral, sino ratificado por el CSNU. Reitera que está funcionando basado en la confianza, ha sido cumplido y ningún mandatario tiene en sus manos la autoridad para poner fin a esta negociación.
Poor su parte, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Irán, el general de división Mohammad Husein Baqeri, hablando en una conferencia en la ciudad nordestina de Mashad, hizo alusión a las nuevas decisiones de EE.UU. contra Teherán por su programa de misiles, recalcando que nuevas sanciones solo contribuirán a la “autosuficiencia” de Irán.
En este sentido, señaló que considerar al Cuerpo de los Guardianes de la Revolución Islámica como una organización terrorista es un cálculo falso de Washington, algo que sería un “gran riesgo para EE.UU. y sus bases y fuerzas desplegadas en la región”.
Por otro lado, consideró las recientes afirmaciones del secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, como “una clara intervención” en los asuntos internos de Irán e hizo hincapié en que la nación persa no permitirá a nadie decidir sobre su destino.
Lo cierto es que EE.UU. actúa también en nombre de su principal aliado en la región, Israel, molesto por el desarrollo iraní en el campo defensivo y a la importante presencia de asesores militares de Teherán en Siria e Iraq para luchar contra los terroristas takfiríes –que han recibido ayuda sionista–, algo que ha contribuido a la seguridad de Irán.
También molesta a Estados Unidos e Israel la decisión iraní de colaborar en el mantenimiento de la integridad territorial de Iraq, amenazada por grupos kurdos que han recibido directa e indirectamente, a veces sin conocerlo, ayuda de las respectivas agencias de espionaje de ambos países, la CIA y el Mossad
Al respecto, Baqeri aludió a la liberación de la ciudad de Mosul (norte de Irak) y advirtió que en estos momentos hablar sobre la independencia del Kurdistán iraquí “no parece normal”.
Tanto el tema del Kurdistán iraquí como las diferencias entre los países del Golfo Pérsico deben resolverse vía diálogo y no violencia, ha precisado el comandante iraní, para después agregar que los países de la región tienen la capacidad de resolver sus propios problemas sin “la intervención de las potencias hegemónicas transregionales”.
Para quienes duden de la política consecuente iraní, lo anterior demuestra que no es fácil doblar el brazo a Irán, pues tiene una personalidad estructurada, existe una preparación y conocimiento sobre el acontecer geopolítico, con fuerte credibilidad gubernamental.
Así, Teherán ha puesto los puntos sobre las íes, al rechazar la política de sanciones norteamericana, actitud que fortalece a la nación en vez de debilitarla.
La denuncia en este sentido del presidente Hasan Rohani, es clara: “prácticamente después de la Segunda Guerra Mundial no ha existido casi ningún conflicto donde la Casa Blanca no haya estado involucrada. Se ha quitado la máscara el Pentágono como mercenario de la guerra y desestabilizador de la región”.
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