Promesas desde Miami
16 de octubre de 2020
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Dos noticias de viernes. En la primera, se describe la campaña electoral en Estados Unidos, donde los aspirantes republicanos, Donald Trump y Mike Pence acudieron desesperados a hacer promesas a los posibles votantes de origen cubano, como la del vicepresidente que aseguró que «hacen falta cuatro años más de Trump para mantener las sanciones contra Cuba», según reporte de EFE.
Eran menos de 200 las personas asistentes al acto en el condado de Miami-Dade. Allí estaban, como es lógico, lo mismo uno que otro ex mercenario, recalcitrantes que se empeñan en convertir a la Isla en una estrella más de la bandera estadounidense, hasta quienes viven de las migajas que le entrega el gobierno local para que se mantengan como «activos disidentes» que «luchan contra el socialismo cubano».
«Trump estará mano con mano con ustedes» le dijo el vicepresidente a quienes llamó «patriotas» cubanos, y de paso a los venezolanos y nicaragüenses, tras recibir el respaldo de un grupo de ellos, para luego criticar la apertura hacia Cuba emprendida por la administración de Barack Obama, señala el propio despacho de prensa.
Pence, como papagayo de la retórica de Trump, también aprovechó el acto para calificar de «héroe» al ex presidente colombiano, Álvaro Uribe, recientemente puesto en libertad, luego de una condena por verse implicado en actos de corrupción, apoyo al paramilitarismo y otros.
Arremetió, además, contra Venezuela y afirmó que «la única vía de resolver la situación allí, es la salida del presidente Nicolás Maduro».
Prometió además que de ser reelegido el próximo 3 de noviembre Trump apoyará la lucha por unas «elecciones libres y justas».
Al escuchar a uno de los trasnochados pro Trump, que llamó en alta voz a «hacer a Estados Unidos grande», Mike Pence aseguró que con Trump el país es ya grande de nuevo, pero que llegó «el virus chino» para afectarlos.
En un desatino electorero de mala monta, urgió a la renovación del Congreso y pidió el voto a tres de sus preferidos compinches: María Salazar, al actual alcalde del condado de Miami-Dade, Carlos Giménez y el ultraconservador Mario Díaz Balart.
Otro cable de la propia agencia española refiere que «el tándem Donald Trump-Mike Pence desembarcó en Miami, cada uno con su propia agenda pero un mismo objetivo: conquistar con un mensaje antisocialista el voto hispano en Florida, un estado que puede ser la llave para no dejar la Casa Blanca en enero y que ya ha votado masivamente por correo».
En el estado floridano hay varios grupos que en total pueden aportar 2,4 millones de votantes. Trump y Pence se consideran «convencidos» de lograr el voto de muchos cubanos residentes allí, así como de los evangélicos y los judíos del lugar.
Además de las acostumbradas promesas de que en otro mandato Trump propiciará nuevas y mayores sanciones contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, el mensaje de ambos en esta visita se ha caracterizado por un llamado a luchar contra el socialismo.
Incluso, cuando llaman a «no votar por Biden», lo hacen con el agregado de acusar al demócrata como un socialista, recomendación que quizás pueda impactar en algunos de los que en esa ciudad, viven de la contrarrevolución.
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