Promesas cumplidas
20 de septiembre de 2019
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A solo unos días de las elecciones presidenciales en Argentina Mauricio Macri puede responder a las críticas de su gestión gubernamental con dos promesas cumplidas durante su mandato.
La más importante cambiar al país, para mal, pero cambio al fin y poner de acuerdo a la mayoría de sus conciudadanos en que los resultados de su política, en lo económico y social han sido un desastre. Un solo ejemplo, la deuda estatal es de más de 50 mil millones de dólares.
Hay muchas otras, pero el calificativo de desastre está dado porque la canasta básica total acumula desde comienzo de este 2019 un incremento promedio de 29,5 por ciento en tanto la canasta alimentaria aumentó en los primeros ocho meses 30,01 por ciento.
Con una economía en recesión, y una crisis acentuada en agosto, pese a la aplicación de medidas urgentes como quitar el impuesto de valor agregado a 13 productos alimenticios y aumentar algunos planes sociales, el ingreso del ciudadano común e incluso de quienes conforman la clase media no permite comprar lo necesario, entre otras cosas, por la devaluación de sus salarios.
Sin embargo Macri mantiene aliados firmes ante el gran desafío que constituyen los próximos comicios. No importan que no sean argentinos, sino estadounidenses, que en los últimos meses se han lanzado con todo para apoyarlo y desinformar a la población y a la opinión pública internacional.
La preocupación de esos amigos es lógica. La pareja opositora, conformada por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner aventajan a Macri en todos los sondeos, en casi un 20 por ciento de los votos según los informes más recientes. De ganar, un nuevo gobierno pondría en crisis su política de intervención en el país y en toda América Latina y el Caribe.
Los Fernández, como les llama el pueblo, traen malos recuerdos para el imperio, aunque constituyan todo lo contrario para sus electores, en especial, la esperanza de poder salir del hueco en que el actual gobierno los ha llevado.
La Argentina de Macri, la cambiada según sus promesas en la campaña que lo llevó a la Casa Rosada, es la de una nación con emergencia alimentaria, calificativo no impuesto por la oposición sino refrendado por su propio Parlamento.
Una de las banderas de su partido, Cambiemos, proponía una “revolución modernizante de alegría” para superar las “frustraciones y fracasos de los últimos 70 años. Un colega argentino, calculadora en manos, precisa que si al año 2015 se le descuentan 70, sencillamente da 1945, es decir, acabar con el peronismo en el país.
Esto era durante la campaña del 2015 ahora el gran crítico de las marchas en su contra, a lo largo y ancho del país, intenta dar una imagen positiva mediante sus propias marchas, donde siempre aparecen personas humildes con cartelones elogiando “sus logros”.
El Macri de la actual campaña intenta lograr apoyo para sus anhelos reeleccionista, lo que solo es una manera más de intentar recuperar la iniciativa política perdida por su mala gestión y volver a confundir a parte del electorado. Las urnas dirán la última palabra el 27 de octubre próximo.
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