Previsión, esa es la clave
31 de julio de 2015
|Nadie duda de que si una nación puede encarar con éxito la crisis económica mundial que invade al mundo, esa es la República Popular China.
Augurios pesimistas de entidades occidentales, señalando la desaleración económica y posible caos en un país cuyas finanzas se vuelven cada vez más importantes para todos, no tienen en cuenta la previsión de las autoridades chinas, su deseo de elevar la calidad de su producción, aunque eso cueste al principio disminuir la cantidad, así como el importante factor que es el propio mercado local de 1 300 millones de personas, capaz de paliar la disminución de exportaciones producto de la mencionada crisis.
Pero aunque la demanda interna no sea fuerte e incluso las bolsas no se comporten debidamente, luego de varios años de alzas consecutivas, la experiencia indica hasta ahora la confianza en el éxito chino en estabilizar y mejorar los factores que ahora flaquean.
China no oculta sus dificultades, como indica el Ministerio de Industria y Tecnología, al afirmar que se necesita hacer “fuertes esfuerzos para estabilizar y mejorar las operaciones industriales”.
Reconoció que el sector afronta crecientes dificultades y se encuentra sometido a considerables presiones bajistas por la ralentización de la segunda economía mundial, aunque consideró que las últimas estadísticas muestran signos positivos.
La producción industrial china aumentó un 6,3 % interanual durante los seis primeros meses de este 2015, frente al crecimiento de un 8,8 % en el primer semestre del 2014.
Beijing no se duerme en los laureles, y ya presentó un plan de diez años, que busca orientar el sector secundario hacia la alta tecnología, a través del impulso a actividades como la aeronáutica, la robótica o la biotecnología, y la creación de varios fondos para apoyar el traslado de la producción de las empresas chinas al extranjero, sin detrimento de la mano de obra local, tal como le pasó a Estados Unidos cuando situó sus empresas en países con mano de obra barata, dejando a millones de norteamericanos sin empleo
Además, el Gobierno chino trabaja en una reforma de las compañías de propiedad estatal que aspira, entre otros objetivos, a reducir las duplicidades y los excesos de capacidad y mejorar el gobierno corporativo de estas firmas.
Y sí hablamos de previsión, que mayor muestra es prepararse concienzudamente para convertirse en una potencia financiera internacional.
Después de seis años, China publicó su mayor secreto, sus reservas de oro, lo que ha dado lugar a una caída de la cotización del metal en las bolsas asiáticas de 16 dólares, poniéndose al nivel del 2010.
China declaró disponer de 1 658 toneladas, lo que supone un aumento superior al 50% desde la anterior información, lo que le convierte en el sexto mayor tenedor mundial de oro, adelantando a Rusia en el escalafón.
Ello, indudablemente, presiona al Fondo Monetario Internacional (FMI) para que el yuan se convierta en una moneda mundial de referencia, tanto para las reservas de los bancos centrales, como para las operaciones comerciales.
En octubre venidero, el FMI revisará la canasta Special Draging Right, formada por las cuatro divisas con mayor peso dentro del comercio internacional: el dólar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés.
China aspira a que el yuan entre a formar parte de este selecto grupo, dejando de ser una moneda nacional y convirtiéndose en una divisa internacional.
Independientemente de que lo logre o no, nadie duda de la capacidad de una economía que le da al socialismo una nueva caracterización, la previsión, huérfana como se puede apreciar en las turbulencias propias de las crisis generadas por el capitalismo.
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