Preparando el «terreno»
14 de mayo de 2021
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Nicaragua ha vivido en los últimos años provocaciones con acciones desestabilizadoras, tanto de elementos internos que de una oposición extremista, y la OEA con su secretario general Luis Almagro a la cabeza.
Y, aunque son injerencias ya recicladas cuando el plan es de acabar con el gobierno sandinista y su presidente Daniel Ortega, ahora se ve a las claras que la administración estadounidense ha coincidido y estimulado a la desprestigiada OEA, institución que ya se ha lanzado al plan para evitar la celebración de elecciones libres y democráticas convocadas para noviembre venidero.
Las acusaciones contra el sandinismo son variadas, sin fundamento y propias de quienes elaboraron el guión que se quiere aplicar para cuestionar desde ahora — 6 meses antes de los comicios— el posible resultado electoral que de la victoria al Frente Sandinista.
La OEA, convocada por Almagro, reunió este 12 de mayo en su sede de Washington, al Consejo Permanente del organismo y allí Luis Almagro adelantó que «Nicaragua se encamina a las peores elecciones posibles, debido a las faltas de garantías para celebrar un proceso libre, justo y transparente».
Esa «musiquita» de mal gusto me recuerda Bolivia año 2019. El mismo personaje, la misma institución y el mismo guión, para no permitir el triunfo del Mas y Evo Morales, y cuando la «cosa de les puso mala», pues a orquestar el golpe de estado.
Detrás de todo aquello, que por cierto, costó decenas de muertos y heridos, estaba Almagro y su OEA, que inventaron «fraude» cuando se sabía de la victoria de Evo.
La experiencia nefasta no está muy lejana en el tiempo y, si Nicaragua me lo permite, le sugeriría no olvidar aquella pesadilla boliviana y «sacar de juego a la OEA y a Almagro» desde ya. Ni sus consejos ni su papel de supuestos observadores, hacen falta a un pueblo libre que construye su presente y su futuro.
Elementos para desconocer a Almagro y a la OEA, son más que suficientes, incluyendo la vulgar injerencia que ayer Almagro agregó al contenido de sus palabras: «El país sigue inmerso en una grave situación de falta de democracia, violaciones de los derechos humanos, desinstitucionalización y crisis social», aseguró quien ya acecha contra la nación sandinista como el águila lo hace con su presa.
Su cinismo cruzó la línea roja cuando dijo: «desde febrero de 2017 he expresado la voluntad de colaborar con el Gobierno de Nicaragua para llevar a cabo reformas electorales que hagan que el sistema político sea más libre y democrático».
Pareciera que ha estado dando ultimátum a la nación centroamericana, para que «fabriquen» una «democracia» con etiqueta Made in USA.
Queda claro: Almagro preparara el terreno para una posible envestida golpista.
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