ribbon

Preguntas sin respuestas

4 de mayo de 2018

|

 

Ya la gran prensa occidental dejó para páginas interiores todo lo relacionado con el caso del doble agente ruso Sergue Skripal y su hija, supuestamente envenenados “probablemente” con una sustancia neuro-paralizante llamado Novichok enviada por Rusia.

Y es que una vez organizado el “espectáculo mediático” y llenar primeras páginas de los diarios del mundo y espacios exclusivos de televisoras y radios internacionales, el objetivo de tal denuncia por parte del gobierno británico había sido cumplido.

No importa que la verdad se abra paso cada día con nuevos datos y revelaciones. En tal sentido la vocera de la Cancillería rusa, María Zajarova, declaró el 4 de mayo que las mentiras del Reino Unido han quedado al desnudo.

La primera de las falsedades fue señalar a Rusia como lugar de procedencia de la sustancia tóxica, lo que ha sido desmentido, en primer lugar por el laboratorio británico de Port Down, cerca de la ciudad de Salisbury donde fueron afectados Skripal y su hija el 4 de marzo, precisando que era imposible determinar la procedencia de lo que afectara a padre e hija.

Se dijo desde el primer momento y se acuñó como verdad absoluta la supuesta exclusividad de Rusia para producir tal sustancia, lo que quedó en entredicho por las declaraciones del actual presidente checo, Molosh Zeman, quien admitió que los servicios secretos de su país confirmaron la producción de una sustancia similar.

El mandatario declaró que en esa nación se elaboró un neuro-paralizante del tipo Novichok, como el A230, por “institutos científicos de la esfera de la defensa de esa nación de Europa del este”.

Muchos expertos se preguntan, además, cuáles podrían haber sido los motivos de Rusia para atentar contra el ex coronel de la inteligencia militar, quien ya había sido condenado a 13 años de prisión por espionaje y perdonado, cuando fue canjeado por agentes rusos, hecho recordado por la vocera de la Cancillería.

Aún se mantienen sin respuestas interrogantes planteadas por Moscú a Londres, como si los expertos británicos tienen capacidad para determinar con exactitud el antídoto a aplicar a padre e hija afectados.

No han respondido además si la nación europea contaba con  una prueba de base para determinar cuál era la sustancia en cuestión y si llegó a elaborar ese neuro-paralizante.

Lo que ha quedado claro en esta turbia historia que la denuncia hecha por Londres le permitió justificarse ante la opinión pública internacional para las acciones diplomáticas en contra de Rusia, así como el anuncio de sanciones unilaterales.

El mandatario checo fue concluyente en sus declaraciones cuando precisó “fabricamos y probamos el Novichok, aunque en cantidades pequeñas, y luego lo destruimos. Sabemos cuándo y dónde tuvo lugar y sería hipócrita pretender que no pasó nada parecido. No hay razón para mentir”.

Pero al parecer el gobierno británico sí las tenía.

Comentarios