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¿Perú también despertó?

16 de noviembre de 2020

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Las multitudinarias y combativas movilizaciones populares que han tenido lugar en Lima y otras ciudades peruanas con motivo de la destitución por parte del Congreso del presidente Martín Vizcarra y su relevo político conservador Manuel Merino, –renunciante posteriormente–, distan de ser una simple explosión política y social en favor del mandatario sustituido de manera abrupta y jurídicamente cuestionada.

Todo indica que la salida a las calles como hacía mucho tiempo no ocurría por un amplio conglomerado de diversos sectores de la sociedad peruana –de manera aparentemente espontánea o, por lo menos hasta ahora , sin una clara conducción política pero con un evidente instinto popular–, es la consecuencia lógica de un largo proceso de desmoralización y deterioro de la vieja clase política y empresarial corrupta y desprestigiada al grado sumo, que no puede seguir hasta el infinito con su demagogia, engaños y fechorías.

Es correcto, por tanto, preguntarnos si el pueblo peruano también ya despertó, como antes lo hicieron por estos tiempos los de Chile, Ecuador y Bolivia, que por distintas vías y cada uno dentro de sus propias condiciones concretas han dicho también basta al atropello, el abuso y la insensibilidad de sus respectivas clases dominantes políticas y empresariales, asociadas y servidoras del imperialismo de Estados Unidos y todas igualmente traidoras a la soberanía, la independencia y la dignidad nacionales.

En el caso de Perú –epicentro del llamado Grupo de Lima– el sueño siniestro de Donald Trump y Luis Almagro se ha convertido en pesadilla: no olvidar que el pueblo peruano ha sido víctima sucesiva de cinco expresidentes corruptos y perversos que enfrentan hoy la prisión, el exilio o terminaron en el suicidio.

Para quienes son herederos orgullosos del legado de Tupac Amaru y José Carlos Mariátegui es realmente demasiada deshonra, en el “caso Vizcarra” han coincidido diversos y contradictorios elementos, favoreciendo un estallido que, por el momento, no es fácil predecirle el rumbo pero ciertamente mercó un sorprendente despertar aun inconcluso.

Ante el panorama latinoamericano actual, pueden extraerse lecciones más de fondo, una de ellas es que la titulada “democracia representativa” fabricada para satisfacer los intereses imperialistas de Washington y su OEA cruje desde sus mismas bases y se reiteran los ejemplos que, por los más diversos motivos, así lo demuestran.

Según se aprecia, el pueblo peruano –una vez más– entró en combate.

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